La Odisea de Sapofo



Había una vez un sapo llamado Sapofo que vivía en un hermoso estanque rodeado de nenúfares y ranas cantoras. Sapofo, a diferencia de los demás sapos, soñaba con ver el mundo de una forma diferente. Un día, mientras meditaba en una piedra cubierta de musgo, sintió un extraño cosquilleo en su piel y, ¡PUM! , se convirtió en un enorme elefante.

"¡Esto es increíble!" - exclamó Sapofo- Elefante. "¡Puedo ver todo desde aquí arriba!"

Contento con su tamaño y fuerza, comenzó a pasear por la selva. Pero al poco tiempo, un objeto brillante apareció en el cielo.

"¿Qué es eso?" - preguntó Sapofo - Elefante, mirando hacia arriba.

"Soy un OVNI, y he venido a llevarte en una aventura espacial!" - respondió la nave."Subí, y verás maravillas más allá de cualquier sueño que hayas tenido!"

Sin pensarlo, Sapofo saltó dentro del OVNI. La máquina lo recibió con luces parpadeantes y una música envolvente.

Cuando el OVNI despegó, Sapofo miraba por la ventana maravillado por los planetas girando a su alrededor, cada uno más colorido que el anterior. De repente, sintió un nuevo cosquilleo, y antes de que pudiera procesarlo, se transformó en un feto.

"¿Qué está pasando?" - se preguntó, ahora en un mundo completamente nuevo.

Mientras flotaba en la inmensidad, los versos de un poeta al que había escuchado hablar en su estanque, comenzaron a llenar su mente.

"Las palabras flotan, como estrellas en el vasto universo, a veces invisibles, a veces brillantes..." - recordaba Sapofo.

Con cada verso, su mente se expandía y comprendía la conexión entre todo lo que existía. Recordó que aunque era pequeño e indefenso, había sido un sapo curioso y un elefante intrépido.

Con esta nueva perspectiva, decidió que cada forma y cada viaje traía su propio conocimiento. Pensó en lo que significaba ser un sapo, un elefante, un OVNI y ahora, un feto. Todos ellos eran etapas necesarias, experiencias que lo llevaban a nuevas comprensiones.

"Voy a volver a la Tierra y compartir lo que he aprendido!" - exclamó en su mente.

Con una explosión de luz, Sapofo fue transportado de nuevo al estanque, donde se acomodó en su piedra favorita. Al despertar, no era un elefante, ni un OVNI, ni un feto. Era solo Sapofo, el sapo, pero con el brillo del conocimiento en sus ojos.

Sapofo se acercó a sus amigos del estanque y les relató su increíble aventura:

"¡Amigos! He viajado por el espacio y he aprendido tantas cosas. ¡Cada uno de nosotros, en nuestras formas, puede descubrir el universo!"

Los sapos lo miraron asombrados.

"Si vos pudiste, nosotros también!" - dijeron.

Desde entonces, Sapofo incentivó a todos a seguir sus sueños y explorar el mundo más allá del estanque. Y aunque continuaron siendo sapos, cada uno tenía un gran sueño y una gran lección grabada en su corazón: que la curiosidad y la imaginación son las aventuras más grandes que se pueden vivir.

FIN.

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