La Odisea de Tomás



Había una vez un niño llamado Tomás, quien siempre había soñado con conocer el espacio. Pasaba horas y horas mirando las estrellas en el cielo nocturno y leyendo libros sobre los planetas.

Un día, mientras estaba jugando en su jardín, vio algo brillante en el cielo. Era un cohete espacial que acababa de despegar de la base cercana. La emoción se apoderó de él y decidió que quería ser astronauta cuando creciera para poder explorar el universo.

Años después, Tomás se graduó como ingeniero aeroespacial y fue seleccionado para ser parte de una misión al espacio exterior.

Estaba tan emocionado que no podía dormir pensando en todo lo que iba a ver: los planetas, la luna y el sol. Finalmente llegó el día del lanzamiento. Tomás estaba sentado en su asiento dentro del cohete espacial esperando a que comenzara la cuenta regresiva. "10... 9... 8...

" Se dijo a sí mismo mientras se aferraba fuertemente al reposabrazos. "7... 6... 5... 4... " Su corazón latía rápidamente mientras cerraba los ojos e intentaba controlar su respiración. "3... 2... 1...

" El cohete despegó con un fuerte rugido llenando sus oídos y sintió cómo su cuerpo era presionado hacia atrás por la fuerza G. Después de unos minutos, finalmente llegaron al espacio exterior.

Tomás abrió los ojos lentamente y quedó impresionado por lo que veía: millones de estrellas brillantes rodeándolo y planetas flotando en la distancia. De repente, algo salió mal en el sistema de la nave y se desviaron de su curso original. Tomás estaba preocupado, pero sabía que tenía que mantener la calma para encontrar una solución.

"¿Qué está pasando?", preguntó a sus compañeros astronautas. "No lo sé", respondió uno de ellos. "Pero parece que estamos navegando hacia un agujero negro".

Tomás sintió cómo su corazón latía más rápido mientras pensaba en todo lo que había leído sobre los peligros del espacio exterior. Sin embargo, sabía que tenía que hacer algo para salvarse a sí mismo y a sus amigos.

Usando sus habilidades como ingeniero aeroespacial, comenzó a trabajar en una solución para desviar la nave del camino hacia el agujero negro. Después de varios intentos fallidos, finalmente encontró una solución viable y logró salvarlos. Después de regresar con seguridad a la Tierra, Tomás fue recibido como un héroe por todos los medios de comunicación mundiales.

A partir de ese día, se convirtió en un símbolo inspirador para muchos niños y niñas alrededor del mundo quienes también soñaban con explorar el universo algún día.

Y así termina esta historia sobre cómo un niño llamado Tomás quiso conocer el espacio y se convirtió en astronauta para explorar los planetas, la luna y el sol.

FIN.

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