La oruga precavida



Había una vez en un bosque muy lindo, una pequeña oruga llamada Paula. Paula era diferente a las demás orugas, ya que siempre se metía en problemas. Siempre estaba causando alboroto y no escuchaba a los demás.

Un día, mientras caminaba por el bosque, Paula vio unas hojas deliciosas y decidió comérselas todas sin pensar en las consecuencias. Pero lo que no sabía era que esas hojas eran venenosas y la hicieron sentir muy mal.

Paula se retorcía de dolor y buscó ayuda. Encontró a Don Conejo, un sabio animalito del bosque conocido por su inteligencia y experiencia. "Don Conejo, me siento terrible después de comer esas hojas venenosas", dijo Paula con voz débil.

Don Conejo inspeccionó a Paula y le explicó: "Querida Paula, debes tener más cuidado con lo que comes. No todas las cosas bonitas son buenas para ti". Paula aprendió su lección y prometió ser más cautelosa en el futuro.

Pasaron los días y la pequeña oruga comenzó a alimentarse solo de hojas saludables y nutritivas. Un día soleado, mientras descansaba sobre una rama, escuchó un zumbido cerca de ella.

Era Lucas, una abeja amigable que volaba por el bosque recolectando néctar de las flores. Lucas se acercó a Paula curioso: "Hola Paula, ¿qué haces aquí?""Estoy descansando", respondió ella con timidez. Lucas sonrió y le dijo: "Sé cómo te sientes; también fui una pequeña oruga.

Pero tienes que saber que algún día te convertirás en una hermosa mariposa". Paula se emocionó al escuchar eso y preguntó: "¿Cómo puedo hacerlo?"Lucas le explicó sobre la metamorfosis, el proceso por el cual las orugas se convierten en mariposas.

Paula estaba fascinada y decidió que quería ser una mariposa colorida y llena de alegría. Pasaron las semanas y Paula comenzó a sentir cambios en su cuerpo. Su cuerpo se encogió y aparecieron pequeñas alas.

Se había convertido en una crisálida. Dentro de su capullo, Paula reflexionaba sobre sus experiencias pasadas y cómo había aprendido a ser más cuidadosa. Estaba ansiosa por salir de su capullo y volar alto como una hermosa mariposa.

Finalmente, llegó el momento tan esperado. Paula emergió de su capullo con unas alas vibrantes y llenas de colores brillantes. Era una mariposa preciosa. Volviendo al bosque, todos los animales quedaron impresionados con la transformación de Paula.

Querían saber cómo había logrado cambiar tanto. "Aprendí muchas lecciones importantes", dijo Paula orgullosamente. "Aprendí a escuchar a los demás, a elegir sabiamente lo que como y a valorar mi entorno".

Los animales del bosque admiraban a Paula por su sabiduría y determinación para cambiar. La pequeña oruga problemática ahora era un ejemplo inspirador para todos. Llena de felicidad, Paula decidió crear una fundación para ayudar a los animalitos del bosque necesitados.

Construyeron refugios, plantaron árboles y promovieron la importancia de cuidar el entorno. Gracias a Paula, el bosque se volvió un lugar más seguro y acogedor para todos los animales.

La pequeña oruga había encontrado su propósito en la vida y estaba llena de alegría al ver cómo su transformación inspiraba a otros. Y así, Paula, la mariposa colorida, voló alto en el cielo llevando consigo un mensaje de esperanza y cambio positivo para todos los animalitos del bosque.

FIN.

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