La oveja perdida


En un hermoso valle de la Patagonia vivía un pastor llamado Pedro, quien cuidaba con amor a su rebaño de 100 ovejas. Todas las mañanas, Pedro las llevaba a pastar en los verdes prados cercanos. Las ovejas siempre lo seguían dócilmente, excepto una traviesa oveja llamada Lola. Un día, cuando Pedro revisaba su rebaño, se dio cuenta de que faltaba Lola.

- ¡Oh no, Lola se ha perdido! -exclamó preocupado Pedro.

Decidió dejar a las 99 ovejas bajo el cuidado de su fiel perro Lucas y se adentró en el bosque en busca de Lola. Después de mucho buscar entre los arbustos y los ríos, finalmente avistó a Lola, quien estaba atrapada entre unas rocas. Pedro la rescató y la abrazó emocionado.

- ¡Lola, estás a salvo! -dijo Pedro con alivio.

Lola balió feliz, agradeciendo a su amigo Pedro por haberla encontrado.

Al regresar al prado, Pedro y Lola fueron recibidos con alegría por las otras ovejas. Pedro tomó su flauta y tocó una melodía alegre, mientras las ovejas bailaban a su alrededor. Todos estaban felices de estar juntos de nuevo. Pedro aprendió que cada oveja es preciosa y que nunca debe darse por vencida hasta encontrarla. Desde ese día, Lola siempre siguió a las demás ovejas, recordando el cariño con el que Pedro la rescató.

Dirección del Cuentito copiada!