La oveja perdida de David



David era un joven pastor que cuidaba con mucho cariño a su rebaño de 100 ovejas. Todos los días, las llevaba a pastar en las verdes colinas cercanas al pueblo. Un día, una de las ovejas, llamada Dulce, decidió explorar más allá de lo normal y se separó del resto del rebaño. En su aventura solitaria, Dulce se encontró con peligros inesperados: un río caudaloso y un bosque lleno de siniestros sonidos.

Preocupado al darse cuenta de la ausencia de Dulce, David dejó las 99 ovejas y emprendió la búsqueda. Recorrió valles y montañas, siguiendo las huellas de la rebelde oveja. Finalmente, la encontró temblando cerca del río. Con cuidado, David la tomó en brazos y la reconfortó con palabras suaves. La llevó de regreso al rebaño, donde fue recibida con alivio y alegría por sus compañeras.

Después de este incidente, David comprendió la importancia de cuidar a cada una de sus ovejas, incluso si significaba sacrificar su comodidad. A partir de ese día, se aseguró de estar más atento a las travesuras de Dulce y las necesidades de todas las ovejas. Aunque no siempre sería fácil, sabía que su responsabilidad como pastor era velar por la seguridad y el bienestar de cada una de sus ovejas.

FIN.

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