La oveja que aprendió a leer



Había una vez en un tranquilo pueblo de la Pampa argentina una oveja llamada Margarita, que a diferencia de las demás ovejas del rebaño, anhelaba aprender a leer.

Todos los días veía a los niños del pueblo ir a la escuela con sus libros y camisas impecables, y deseaba vivir esa experiencia. Un día, Margarita decidió buscar en el campo algo que le enseñara a leer, y encontró un viejo libro abandonado bajo un árbol.

Decidida, se dispuso a aprender por su cuenta. Pasaban los días y Margarita estaba cada vez más concentrada en su lectura, hasta que un día descubrió un mapa que la llevó a la biblioteca del pueblo. "¡Beeeh! ¿Puedo leer aquí?", preguntó tímidamente. "Por supuesto, Margarita.

¿Qué libro te interesa?", respondió el bibliotecario. La oveja pasaba horas leyendo en la biblioteca, hasta que decidió compartir sus conocimientos con sus compañeras del rebaño.

"Chicas, he descubierto el maravilloso mundo de la lectura, y quiero ayudarlas a que ustedes también lo descubran", dijo Margarita emocionada. Pronto, todas las ovejas del rebaño estaban aprendiendo a leer, e incluso organizaron un club de lectura. Un día, mientras leían en el campo, comenzó a llover y las ovejas se mojaron.

"¡Oh no, nuestras lanas se arruinarán!", exclamaron preocupadas. Fue entonces que Margarita recordó que en la biblioteca habían aprendido sobre las toallas. Rápidamente, corrieron a buscar unas toallas para secarse y proteger sus lanas.

Desde ese día, las ovejas del rebaño disfrutaban de la lectura, aprendizaje y cuidado personal. Y Margarita se dio cuenta de que, aunque no usaba camisa, era una oveja muy educada y culta.

Pasaron

los años y la historia de Margarita se convirtió en leyenda en la Pampa argentina, inspirando a otras ovejas a explorar el maravilloso mundo de la lectura y el aprendizaje.

FIN.

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