La Oveja y sus Amigos de la Granja



En una granja colorida y llena de vida, vivía una oveja llamada Lana. Lana era una oveja muy curiosa y siempre estaba lista para vivir nuevas aventuras junto a sus amigos: el gallo Roco, la vaca Melinda y el caballo Troya.

Un día, mientras exploraban el campo, Lana tuvo una idea. "¡Hagamos una carrera! ¡El que llegue primero al viejo árbol será el campeón!" - gritó entusiasmada.

"¡Buena idea! Yo soy el más rápido!" - dijo Roco, alzando su pecho.

"Pero no hay que olvidarse de la estrategia, amigos. No siempre gana el más veloz" - comentó Melinda, mientras masticaba un poco de pasto.

"¡Vamos a hacerlo!" - relinchó Troya, muy confiado.

Los amigos decidieron que la carrera se llevaría a cabo al día siguiente. Cada uno se preparó de manera diferente. Roco practicaba sus vuelos cortos, Melinda se concentraba en su resistencia, y Troya corría por todo el corral. Mientras, Lana pensaba cómo podría aprovechar sus habilidades.

Al día siguiente, los amigos se reunieron en la línea de partida. "¡A la cuenta de tres!" - gritó Roco. "Uno, dos, tres... ¡ya!" - y todos salieron corriendo.

Al inicio, Roco tomó la delantera y se sentía seguro de ganar. Pero después de unos instantes, comenzó a cansarse. "¡Oh no! ¡No puedo más!" - exclamó, mientras se detenía a tomar aire.

Mientras tanto, Melinda trotaba calmadamente, calculando su energía, mientras Troya corría a gran velocidad pero también se agotaba rápidamente. "¡Vamos, Melinda, vamos!" - alentó Lana mientras la alcanzaba. Pero de repente, Lana vio que una gran tormenta se acercaba y que todos debían regresar a la granja antes de que empezara a llover.

"Chicos, tenemos que volver!" - dijo Lana, asustada.

"Pero ¡yo quiero ganar!" - dijo Roco, mientras observaba las nubes oscuras.

"Lo más importante es que regresamos todos juntos y seguros. Después podemos hacer la carrera de nuevo!" - sugirió Melinda.

Troya, que había sido muy competitivo, reflexionó sobre lo que estaba sucediendo. "Tenés razón, Melinda. Hay cosas más importantes que ganar. ¡Vamos, amigos!" - Asintió y los cuatro empezaron a regresar a la granja en equipo.

Una vez a salvo en el establo, se escucharon los primeros truenos. "¡Qué bueno que volvimos a tiempo!" - dijo Lana, aliviada. "La carrera puede esperar, pero estar juntos es lo que realmente importa."

"Como siempre, tenías razón, Lana. A veces es bueno priorizar la amistad sobre la competencia" - dijo Troya, sonriendo.

"¡Sí! ¡Eso es algo que nunca debemos olvidar!" - agregó Melinda.

Roco, todavía un poco fatigado, se rió y prometió que en la próxima carrera se aseguraría de planificar mejor. "Siempre seré rápido, pero aprenderé también del compañerismo."

Desde aquel día, los amigos decidieron no solo correr por diversión, sino también organizar juegos en los que todos pudieran participar sin importar quién ganara. Así, cada vez que competían, celebraban juntos, recordando que ser amigos era la mejor aventura en la granja.

Y así, Lana y sus amigos continuaron compartiendo risas, juegos y aprendizajes en su querido hogar, siempre recordando que lo más importante en la vida es la amistad y el apoyo mutuo.

FIN.

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