La paleta de la diversidad
Había una vez un mundo mágico llamado Cololandia. En este lugar, todos los colores vivían juntos en armonía, compartiendo sus talentos y personalidades únicas. Cada color tenía su propia casa y se sentían felices de ser diferentes.
En la Casa Roja vivía Roco, el color rojo. Era valiente y aventurero. Siempre estaba dispuesto a ayudar a sus amigos cuando lo necesitaban. A Roco le encantaba explorar nuevos lugares y descubrir emocionantes aventuras.
En la Casa Amarilla vivía Amara, el color amarillo. Ella era una gran soñadora y siempre veía el lado positivo de las cosas.
Amara era muy creativa y le encantaba pintar hermosos cuadros que llenaban de alegría a todos los habitantes de Cololandia. En la Casa Azul vivía Azulito, el color azul. Él era tranquilo y relajado, siempre encontrando soluciones pacíficas para cualquier conflicto que surgiera en Cololandia.
A Azulito le gustaba pasar tiempo junto al río, escuchando el sonido del agua mientras pensaba en nuevas ideas. En la Casa Verde vivía Verdi, el color verde. Él era curioso e inteligente, siempre buscando aprender algo nuevo cada día.
Verdi disfrutaba explorando la naturaleza y cuidando de las plantas en su jardín secreto. Un día soleado, los colores decidieron hacer una fiesta para celebrar su diversidad y amistad en Cololandia. Todos estaban emocionados por compartir sus talentos especiales con los demás.
La fiesta comenzó con un desfile donde cada color mostraba su talento. Roco hizo acrobacias impresionantes, Amara bailó con gracia y alegría, Azulito cantó una canción que tocó los corazones de todos y Verdi realizó experimentos científicos fascinantes.
Sin embargo, durante la fiesta, algo extraño sucedió. Un color llamado Grisáceo apareció en Cololandia. Grisáceo era diferente a los demás colores porque no tenía un hogar propio ni un talento especial como ellos.
Los colores se sorprendieron al ver a Grisáceo y no sabían cómo reaccionar. Algunos colores comenzaron a burlarse de él, mientras que otros se alejaron por miedo a lo desconocido.
Roco se dio cuenta de que la diversidad es lo que hacía especial a Cololandia y decidió hablar con sus amigos para encontrar una solución. Les recordó que cada uno de ellos tenía habilidades únicas y que juntos podían hacer frente a cualquier desafío. "¡Amigos! No importa si alguien es diferente o no tiene un talento específico como nosotros.
Todos merecen ser respetados y aceptados en nuestro mundo mágico", dijo Roco con determinación. Los demás colores reflexionaron sobre las palabras de Roco y comprendieron el valor de la diversidad.
Decidieron darle la bienvenida a Grisáceo y le ofrecieron un lugar en Cololandia donde pudiera sentirse parte del grupo. Grisáceo estaba emocionado por ser aceptado por los demás colores.
Aunque no tenía un talento especial como ellos, descubrió que podía ayudarles combinando sus habilidades para crear cosas maravillosas juntos. Desde ese día, los colores de Cololandia aprendieron a valorar y celebrar la diversidad. Juntos, crearon un mundo mágico donde todos eran aceptados y respetados por ser quienes son.
La historia de Cololandia enseña a los niños sobre el valor de la diversidad y cómo cada persona tiene algo único que ofrecer al mundo. Nos muestra que no importa si somos diferentes, podemos trabajar juntos para crear cosas increíbles cuando nos aceptamos y apoyamos mutuamente.
Y así, en Cololandia, los colores vivieron felices para siempre, disfrutando de su amistad y compartiendo sus talentos especiales con todos aquellos que visitaban su mágico mundo lleno de color. ¡Fin!
FIN.