La paloma con alas plateadas



Había una vez en un barrio tranquilo y colorido, una niña llamada Lola. Un día, mientras jugaba en el jardín de su casa, vio a lo lejos una paloma con unas brillantes alas plateadas. La paloma se posó en la puerta de su casa por un momento y luego salió volando. Lola quedó asombrada por la belleza de la paloma y decidió emprender una aventura para encontrarla.

- Mamá, mamá, ¡vi una paloma con alas plateadas en la puerta de nuestra casa! ¡Debo encontrarla! - exclamó Lola emocionada.

- ¿Una paloma con alas plateadas? Eso suena maravilloso, querida. Pero ten cuidado, no vayas muy lejos - contestó su mamá con una sonrisa.

Lola se puso en marcha llevando consigo un pequeño cuaderno y un lápiz para anotar todo lo que viera en su búsqueda. Comenzó a recorrer su vecindario, preguntando a cada vecino si habían visto a la paloma con alas plateadas. Algunos le decían que sí, pero que siempre se escapaba antes de que pudieran acercarse. Otros le contaban historias sobre la paloma mágica que concedía deseos a aquellos que eran lo suficientemente valientes para seguirla.

- ¡Debo encontrar a esa paloma! - se repetía Lola una y otra vez.

Finalmente, después de explorar cada rincón del vecindario, Lola llegó a un hermoso parque lleno de árboles frondosos y flores de colores vibrantes. Justo cuando comenzaba a sentirse desanimada, escuchó un suave gorjeo proveniente de un árbol cercano. Allí estaba, la paloma con alas plateadas, posada en una rama, brillando con la luz del sol.

- Hola, linda paloma. ¿Por qué tienes alas plateadas? - preguntó Lola con curiosidad.

- Tengo alas plateadas porque vivo en un lugar mágico y especial, donde todos los sueños se hacen realidad. Me llamo Plata y estoy aquí para llevarte a ese lugar si te atreves a seguirme - respondió la paloma con voz melodiosa.

Lola, emocionada y llena de valentía, decidió seguir a Plata. Juntos emprendieron un viaje lleno de aventuras y descubrimientos, atravesando campos, bosques y ríos. Finalmente, llegaron a un hermoso jardín encantado donde todo brillaba con una luz especial. Plata le explicó a Lola que ese era el lugar donde los sueños se hacían realidad, y que ella había sido elegida para visitarlo.

- ¿En serio? ¡Es increíble! - exclamó Lola, con los ojos brillantes de emoción.

- Sí, pero recuerda, siempre debes seguir tus sueños y ser valiente en la vida real también. Ahora, es hora de que regreses a casa, pero nunca olvides la magia que hay dentro de ti - dijo Plata con dulzura antes de desaparecer en el resplandor del jardín.

De regreso en su casa, Lola se dio cuenta de que la búsqueda de la paloma con alas plateadas la había llevado a un viaje interior, descubriendo su propia valentía y deseos. Desde ese día, Lola supo que siempre llevaría consigo la chispa de la magia, recordando que los sueños pueden convertirse en realidad si uno cree en ellos. Y cada vez que veía una paloma, sabía que Plata siempre estaría con ella en espíritu, recordándole que la verdadera magia comienza desde adentro.

FIN.

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