La pandilla de la plaza y la paloma traviesa


Había una vez en una plaza muy concurrida, un grupo de amigos que se encontraba disfrutando de una tarde soleada en un bar. Entre charlas y risas, el camarero les sirvió unas cervezas acompañadas de un delicioso pica pica.

"¡Qué rico está este pica pica!", exclamó Martín mientras tomaba un puñado de papas fritas. Justo en ese momento, una paloma descarada se acercó a la mesa y comenzó a picotear el pica pica con gran entusiasmo.

Los amigos intentaron espantarla moviendo los brazos y gritando, pero la paloma no parecía intimidarse y seguía insistiendo en llevarse parte del botín. "¡Vete palomita traviesa, ese pica pica es nuestro!", dijo Sofía tratando de ahuyentarla.

La paloma alzaba vuelo por unos instantes asustada pero luego volvía con más determinación. Esta situación se repitió varias veces, convirtiéndose en un juego entre los amigos y la paloma.

"¡Es persistente esta palomita! Parece que no va a rendirse fácilmente", comentó Juan divertido. Ante la insistencia del ave, los amigos decidieron idear un plan para proteger su comida.

Entonces a Ana se le ocurrió algo brillante: propuso formar un escudo humano alrededor de la mesa para evitar que la paloma pudiera acercarse nuevamente al preciado pica pica. "Vamos chicos, todos juntos podemos proteger nuestra merienda", dijo Ana animando a sus amigos.

Así fue como los amigos rodearon la mesa con los brazos extendidos para impedir el acceso a la intrépida paloma. La estrategia funcionó y lograron disfrutar tranquilamente de su comida sin ser molestados por el hambriento ave.

Al ver que ya no podía acceder al tentador manjar, la paloma decidió dar por terminada su misión y emprendió vuelo hacia otro lugar en busca de comida. Los amigos celebraron su victoria con risas y aplausos por haber trabajado juntos para resolver el problema. "¡Lo logramos! Trabajando en equipo siempre podemos superar cualquier desafío", exclamó Martín orgulloso.

Y así, entre risas y complicidad, los amigos aprendieron que la cooperación y el ingenio son herramientas poderosas para enfrentar las adversidades, incluso si estas vienen disfrazadas de una simpática pero perseverante paloma buscando compartir su comida.

Y colorín colorado este cuento ha terminado.

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