La Pasión de Ana
Había una vez una adolescente llamada Ana, a quien le encantaba dibujar. Cada trazo en el papel era como un suspiro de libertad para ella. Vivía con su mamá, ya que sus papás estaban separados. Su mamá era una mujer estricta que muchas veces la maltrataba con sus palabras.
En la escuela, Ana tenía las peores notas en la mayoría de las materias, excepto en Artes Plásticas, donde destacaba por su talento y creatividad. La profesora de arte, la señorita Rosa, veía el potencial de Ana y siempre la alentaba a seguir dibujando y expresando sus emociones a través de sus creaciones. En el taller de artes, Ana se sentía libre, era su lugar favorito en el mundo.
Un día, la señorita Rosa anunció una competencia de arte a nivel escolar. El primer premio era una beca para estudiar en la prestigiosa Academia de Arte y Diseño. Ana se emocionó al escuchar la noticia, sabía que era su oportunidad para demostrar su talento y escapar de las dificultades que enfrentaba en su hogar.
Sin embargo, su mamá no aprobaba su pasión por el arte. Siempre le decía que era una pérdida de tiempo y que nunca lograría nada con sus dibujos. Ana se sentía desanimada, pero la voz de la señorita Rosa resonaba en su mente, recordándole que nunca debía rendirse.
Decidió trabajar en su obra para la competencia en secreto. Todas las tardes, después de las clases, se refugiaba en el taller de arte y daba rienda suelta a su creatividad. Con cada trazo, sentía que se acercaba un poco más a su sueño.
El día de la competencia llegó, y Ana presentó su obra con orgullo. La mirada de asombro en el rostro de la señorita Rosa confirmó que lo que Ana había creado era extraordinario. El primer premio fue otorgado a Ana, quien no podía contener la emoción y la alegría. Había conseguido su meta, la beca para estudiar en la Academia de Arte y Diseño.
Su mamá, sorprendida por el logro de su hija, finalmente reconoció el talento y la pasión de Ana. Desde ese día, Ana vivió su sueño estudiando arte, rodeada de personas que la inspiraban y la apoyaban. Aprendió que con determinación y valentía, se pueden superar los obstáculos y alcanzar las metas. Y, sobre todo, descubrió que el arte no solo le había dado una oportunidad, sino también la libertad que tanto anhelaba.
FIN.