La pasión por el fútbol
Había una vez en un barrio de Buenos Aires, un niño llamado Juanito que desde muy pequeño demostraba una pasión desbordante por el fútbol.
Todos los días al salir de la escuela, corría hacia la canchita del barrio para jugar con sus amigos hasta que el sol se escondía detrás de los edificios.
Un día, mientras miraba un partido por televisión con su abuelo, Juanito le dijo emocionado: "¡Abuelo, yo quiero ser como Messi cuando sea grande! Quiero jugar en el Barcelona y ganar la Copa del Mundo". El abuelo sonrió y le respondió: "Eso está muy bien, Juanito. Pero recuerda que para lograrlo necesitarás mucha dedicación, esfuerzo y sacrificio".
Desde ese momento, Juanito decidió entrenar más duro que nunca. Se levantaba temprano todas las mañanas para correr alrededor de la plaza del barrio, practicaba regates y tiros al arco una y otra vez hasta que sus piernas no daban más.
Sus amigos lo veían con admiración y algunos se burlaban diciendo que era imposible llegar tan lejos. Pero Juanito no se dejaba amedrentar por las críticas. Sabía lo que quería y estaba dispuesto a luchar por ello.
Un día, mientras jugaba un partido importante con su equipo del barrio, tuvo la oportunidad de mostrar todo su talento frente a un cazatalentos de un club importante.
El cazatalentos quedó impresionado por la habilidad de Juanito en la cancha y decidió ofrecerle una prueba en las divisiones inferiores del club. Juanito no podía creerlo, ¡estaba un paso más cerca de cumplir su sueño!"¡Abuelo! ¡Abuelo! Me dieron una prueba en el club!", gritó Juanito emocionado al llegar a casa.
El abuelo lo abrazó con orgullo y le dijo: "Estoy seguro de que darás lo mejor de ti, Juanito. Recuerda siempre ser humilde y agradecido". Los días previos a la prueba fueron intensos para Juanito.
Entrenó aún más fuerte si eso era posible e incluso practicaba en sueños cada movimiento sobre el campo de juego. Llegó el día de la prueba final y Juanito estaba nervioso pero decidido a dejarlo todo en la cancha.
El partido fue intenso, pero gracias a su esfuerzo y talento logró destacarse entre los demás chicos. Al finalizar el partido, el entrenador se acercó a él con una sonrisa y le dijo: "¡Felicidades, Juanito! Has sido seleccionado para formar parte de nuestro equipo juvenil".
Juanito no podía contener la emoción. Abrazó al entrenador sabiendo que todo su esfuerzo había dado frutos.
"Gracias abuelo por enseñarme que con dedicación y trabajo duro se pueden alcanzar los sueños", le dijo emocionado mientras sostenía su nueva camiseta del club. Y así comenzó la increíble aventura de Juanito como futbolista profesional. Viajando por distintos países, enfrentando nuevos desafíos y representando a su país en torneos internacionales.
Siempre recordando las palabras sabias de su abuelo: nunca rendirse ante las adversidades y siempre jugar con pasión y humildad. Y colorín colorado este cuento futbolero ha terminado ¡Vamos Argentina!
FIN.