La paz en el bosque
Había una vez un hermoso bosque donde vivían muchos animales. Entre ellos, estaban el conejito Saltarín, la tortuga Tita y el pajarito Trinar.
Un día, mientras jugaban juntos, los tres amigos se dieron cuenta de que había algo extraño en el bosque. Había ruidos fuertes y discusiones por todas partes. Los animalitos no entendían qué estaba sucediendo y se sentían tristes.
Saltarín, con sus orejas largas y agudas, escuchó a algunos animales hablar sobre una disputa entre dos grupos de animales del bosque: los búhos y las ardillas. Parece que ambos querían quedarse con el mismo árbol para hacer sus nidos.
Los tres amigos decidieron que tenían que hacer algo para ayudar a resolver esa disputa y traer paz nuevamente al bosque. Así que se dirigieron hacia donde estaban los búhos y las ardillas.
Al llegar al árbol en cuestión, Saltarín propuso una idea: "- ¿Y si compartimos este árbol? Puede ser un hogar para ambos grupos". Las ardillas miraron a los búhos con curiosidad mientras estos asentían lentamente con la cabeza. Parecía que les gustaba la idea. Pero entonces apareció el zorro Zampón, quien siempre buscaba problemas.
"- ¡No pueden compartir! ¡Este árbol es mío!", gruñó Zampón mientras mostraba sus afilados colmillos. Tita, la tortuga sabia y tranquila, se acercó a Zampón e intentó razonar con él: "- Querido Zampón, no hay necesidad de pelear.
Si todos compartimos el árbol, tendremos un hogar para todos y viviremos en paz". Zampón se quedó pensativo por un momento, miró a los demás animales y finalmente dijo: "- Está bien, compartiré el árbol con ustedes.
Pero solo si me prometen que no volverán a intentar comérselo". Los animales sonrieron aliviados y aceptaron la condición de Zampón. Juntos, trabajaron para hacer del árbol un hogar acogedor para todos.
A medida que pasaba el tiempo, los búhos y las ardillas aprendieron a convivir pacíficamente bajo el mismo techo. Compartían sus alimentos, jugaban juntos e incluso cuidaban de las crías unos de otros.
El bosque volvió a ser un lugar lleno de risas y alegría gracias al esfuerzo conjunto de Saltarín, Tita y Trinar. Los tres amigos demostraron que cuando nos respetamos mutuamente y buscamos soluciones pacíficas, podemos vivir en armonía.
Desde entonces, los animales del bosque entendieron la importancia de la paz y se comprometieron a resolver cualquier disputa o conflicto mediante el diálogo y el respeto hacia los demás. Y así, cada vez que alguien visitaba el bosque encantado, podía escuchar risas felices provenientes del árbol donde vivían los búhos y las ardillas juntos.
Era una muestra clara de que la paz siempre prevalece cuando trabajamos juntos como verdaderos amigos.
FIN.