La pelota de la amistad
Había una vez dos amigas llamadas Isis y Karen. Eran inseparables, siempre juntas en todas sus aventuras. Pero a veces, como cualquier amistad, tenían pequeñas peleas por cosas sin importancia.
Un día soleado, Isis y Karen decidieron ir al parque a jugar. Llevaban consigo su pelota de fútbol favorita. Empezaron a patearla de un lado a otro, riendo y divirtiéndose mucho.
Pero conforme pasaba el tiempo, las risas se convirtieron en gritos y discusiones sobre quién había hecho más goles o quién era la mejor jugadora. La diversión se estaba convirtiendo en una competencia desagradable. "¡Yo soy la mejor!", decía Isis con voz altanera.
"¡No es cierto! ¡Yo puedo hacerlo mejor que tú!", respondió Karen enfadada. Las dos amigas estaban tan concentradas en ganar que olvidaron lo importante: disfrutar del juego juntas. Fue entonces cuando algo inesperado sucedió. La pelota voló demasiado lejos y cayó dentro de un arbusto espeso.
Isis y Karen se miraron sorprendidas y luego se dieron cuenta de que habían perdido su pelota favorita debido a su pelea egoísta. "Oh no... ¿y ahora qué haremos?", preguntó Isis preocupada.
"Perdimos nuestra pelota por ser tan competitivas", dijo Karen con tristeza. Las dos amigas sabían que habían cometido un error y decidieron buscar juntas la solución al problema. Caminaron por el parque hasta encontrar un anciano sentado en un banco leyendo un libro. "Disculpe, señor.
Perdimos nuestra pelota en ese arbusto y no sabemos cómo recuperarla", dijo Isis con timidez. "Hmm... veo que han aprendido una lección importante", respondió el anciano con una sonrisa amable.
El anciano les explicó que la amistad es mucho más valiosa que cualquier competencia o premio. Les enseñó que trabajar juntas era la clave para resolver problemas y superar obstáculos. Juntos, los tres buscaron palos largos y trataron de alcanzar la pelota atrapada en el arbusto.
Después de varios intentos, finalmente lograron sacarla. Isis y Karen se miraron a los ojos, sintiendo un profundo arrepentimiento por haber peleado tanto. Se prometieron nunca más dejar que sus diferencias arruinaran su amistad.
Desde ese día, Isis y Karen aprendieron a valorar su amistad por encima de todo. Jugaron juntas sin importar quién ganaba o perdía. Descubrieron que la verdadera diversión estaba en compartir momentos especiales y apoyarse mutuamente.
La historia de Isis y Karen nos enseña que las peleas entre amigos pueden surgir, pero también pueden ser resueltas si nos damos cuenta del valor de nuestra amistad.
Además, nos muestra lo importante que es trabajar juntos para superar cualquier obstáculo y aprender lecciones importantes sobre el amor y la comprensión hacia los demás.
FIN.