La pelota en el árbol


Alex corre por el parque, saltando y riendo mientras juega con su pelota roja. Los demás niños se unen a él, formando un animado juego de atrapar la pelota.

Todos se divierten mucho, lanzándola de un lado a otro y riendo sin parar. De repente, Alex lanza la pelota muy alto y esta desaparece entre las ramas de un árbol cercano.

Todos los niños miran con preocupación mientras Alex intenta alcanzarla saltando y estirándose lo más que puede, pero es inútil. La pelota está atrapada en lo alto del árbol. "¡Oh no! Mi pelota favorita está perdida", lamenta Alex con tristeza. Los demás niños también están decepcionados.

Saben lo importante que es esa pelota para Alex y quieren ayudarlo a recuperarla. "No te preocupes, Alex", dice Sofía, una niña valiente y decidida. "Voy a buscar ayuda para bajar tu pelota". Sofía corre hacia donde están los adultos sentados en bancos cercanos al parque.

Les explica rápidamente la situación y les pide ayuda para rescatar la pelota de Alex. Los adultos son comprensivos y se levantan de inmediato para ayudar.

Uno de ellos encuentra una escalera alta y sólida que colocan cuidadosamente debajo del árbol donde está atrapada la pelota roja. Con mucha precaución, uno de los adultos sube por la escalera hasta llegar a la altura suficiente para alcanzar la rama donde está atascada la bola roja vibrante.

Con un movimiento hábil, logra liberarla haciendo que caiga suavemente en sus manos. "¡Lo logramos!", exclama el adulto con alegría, mientras desciende de la escalera sosteniendo triunfalmente la pelota roja. Todos los niños aplauden emocionados y Alex sonríe radiante.

Está muy agradecido por la ayuda de Sofía y los adultos, quienes hicieron posible recuperar su pelota favorita. "Gracias a todos", dice Alex con entusiasmo. "Mi pelota significa mucho para mí y estoy feliz de tenerla de vuelta".

Los demás niños asienten y se acercan a Alex para abrazarlo y felicitarlo por recuperar su juguete especial. Juntos, continúan jugando en el parque, disfrutando del sol, las risas y los juegos.

Esta experiencia enseñó a Alex una valiosa lección: que siempre hay personas dispuestas a ayudarnos cuando nos enfrentamos a un problema o dificultad. También aprendió lo importante que es expresar gratitud hacia aquellos que nos brindan su apoyo desinteresado.

Desde ese día, cada vez que juega con su pelota roja vibrante, Alex recuerda la importancia de la amistad y el trabajo en equipo.

Y siempre está dispuesto a ayudar a los demás cuando lo necesitan, al igual que Sofía y los adultos hicieron por él aquel soleado día de verano en el parque.

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