La Pelota Perdida
Fabiana era una maestra muy querida por sus estudiantes en La Salle Flores. Siempre estaba dispuesta a ayudarlos con cualquier problema que tuvieran y les enseñaba de una manera divertida y creativa.
Pero un día, durante el recreo, Fabiana se encontró con un gran problema. Mientras los niños jugaban felices en el patio, Fabiana notó que uno de ellos estaba llorando desconsoladamente en un rincón.
Se acercó para preguntarle qué había pasado y el niño le contó que había perdido su pelota favorita y no podía encontrarla por ningún lado. "¡Oh no! ¿Cómo podemos solucionarlo?", pensó Fabiana mientras intentaba consolar al niño.
Entonces se le ocurrió una idea: "Vamos a buscar la pelota juntos, seguro que la encontramos". Así empezaron a buscar por todo el patio, revisando cada rincón y debajo de cada banco. Pero después de varios minutos de búsqueda intensa, aún no habían encontrado nada.
Fue entonces cuando otro niño se acercó a ellos y les preguntó qué estaban haciendo. Después de escuchar la historia del niño triste, el otro niño dijo: "Yo también tengo una pelota igual a esa en mi casa. Podemos ir a buscarla juntos".
Los tres amigos fueron corriendo hasta la casa del segundo niño y regresaron al colegio con la pelota originalmente perdida y otra idéntica para asegurarse de que nunca más volviera a pasar lo mismo.
Al ver cómo los niños trabajaban juntos para resolver problemas, Fabiana se sintió orgullosa de ser su maestra. Les explicó lo importante que era ayudarse mutuamente y trabajar en equipo para superar los obstáculos.
Desde aquel día, cada vez que uno de los niños tenía un problema, el resto de sus compañeros se unían para ayudarlo. Y Fabiana se aseguraba de que nunca más hubiera tristeza durante el recreo.
La moraleja de esta historia es que siempre hay una solución a los problemas si trabajamos juntos y nos apoyamos unos a otros. Además, es importante ser amables y solidarios con nuestros amigos, especialmente cuando están pasando por momentos difíciles.
FIN.