La Pelota Perdida


Había una vez una niña llamada Milena, quien siempre soñaba con viajar por el espacio. Un día, decidió construir su propio cohete para explorar los planetas más lejanos del sistema solar.

Milena trabajó muy duro en su proyecto y finalmente logró construir un cohete impresionante. Decidió que su primer destino sería Saturno, así que se subió a bordo y despegó hacia las estrellas.

Mientras volaba por el espacio, Milena se emocionaba al ver las vistas increíbles de la galaxia. Pero después de un rato, comenzó a sentirse cansada y decidió leer un cuento para relajarse. Sin darse cuenta, se quedó dormida con el libro en sus manos. Cuando despertó, estaba de vuelta en la Tierra.

Se dio cuenta de que había estado dormida durante todo el viaje y no había llegado a Saturno. Pero lo peor era que ella extrañaba mucho a su amigo Agustín.

Así que decidió ir a buscarlo para contarle sobre su aventura espacial fallida. Cuando llegó a casa de Agustín, él no estaba allí pero encontró una nota donde él le pedía ayuda para encontrar su pelota perdida.

Milena no podía dejar sola a su amigo así que comenzaron juntos la búsqueda de la pelota perdida por toda la ciudad. Fueron visitando diferentes lugares como parques y plazas hasta que finalmente encontraron la pelota atrapada en un árbol alto.

Agustín estaba muy feliz de haber encontrado su pelota gracias al esfuerzo conjunto con Milena. Y aunque ella no había logrado llegar a Saturno como quería, había aprendido una valiosa lección sobre la importancia de la amistad y el trabajo en equipo.

A partir de ese día, Milena y Agustín se convirtieron en los mejores amigos. Y aunque Milena no había logrado su objetivo original, sabía que aún tenía todo un universo por explorar con su cohete.

Y quién sabe, tal vez algún día realmente llegue a Saturno. "Gracias por ayudarme a encontrar mi pelota, Milena", dijo Agustín. "No hay problema amigo, siempre estaré aquí para ti", respondió Milena con una sonrisa.

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