La pelota perdida y el sabio consejero



Juan era un niño muy activo y le encantaba jugar al fútbol con sus amigos en las calles de Lima. Un día, mientras jugaban, la pelota se escapó y fue a dar a una calle muy transitada.

- ¡Oh no! -exclamó Juan- ¿Cómo vamos a recuperar la pelota? Los niños intentaron detener el tráfico para poder cruzar, pero era demasiado peligroso. Fue entonces cuando apareció un señor mayor que estaba sentado en una banca cercana.

- ¿Qué sucede chicos? -preguntó el hombre. - Señor, nuestra pelota se ha ido hacia la calle y no podemos ir a buscarla porque hay mucho tráfico -respondió Juan.

El señor les sonrió amablemente y les dijo:- No se preocupen chicos, yo los ayudaré. Pero primero deben prometerme algo: nunca más jueguen con una pelota cerca de la calle sin antes asegurarse de que está completamente vacía. Los niños asintieron y prometieron seguir su consejo.

El hombre esperó pacientemente hasta que el tráfico disminuyó lo suficiente como para cruzar. Luego, en compañía de los niños, recuperaron la pelota. Agradecidos por su ayuda, los niños invitaron al hombre a jugar con ellos al fútbol.

Descubrieron que él también había sido un gran jugador en su juventud y les enseñó algunos trucos nuevos para mejorar su juego.

Desde ese día en adelante, Juan y sus amigos siempre recordaron el consejo del hombre sabio y nunca más jugaron cerca de la calle sin antes asegurarse de estar seguros. Además, aprendieron que nunca es tarde para hacer nuevos amigos y que siempre hay algo nuevo por aprender de las personas mayores.

FIN.

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