La Pequeña Estrella y el Deseo de Leer
Había una vez en el vasto cielo azul, una pequeña estrella llamada Luci. A diferencia de las demás estrellas que brillaban y danzaban felices, Luci pasaba sus noches inmóvil, mirando hacia abajo. Ella sólo quería una cosa: leer. Pero no había ningún libro en el cielo.
Una tarde, mientras las otras estrellas hacían una competencia de destellos, Luci se acercó a su amiga Luna.
"Luna, quiero leer. Pero aquí en el cielo no hay libros. ¿Qué puedo hacer?" - preguntó Luci con su luz parpadeante.
"Quizás deberías viajar a la Tierra, allí hay muchas historias y libros. ¡Es un lugar mágico!" - respondió Luna, iluminando el cielo con su resplandor.
Decidida a cumplir su sueño, Luci hizo un plan. Con un profundo suspiro, se lanzó hacia la Tierra. Cuando llegó, fue recibida por una noche silenciosa y un gran patio donde un niño llamado Tomás leía un libro.
La pequeña estrella, emocionada, flotó cerca de él y dijo:
"Hola, soy Luci. ¿Podrías leerme algo?" - su voz sonaba como un suave susurro del viento.
Tomás, sorprendido, miró hacia arriba y vio a la pequeña estrella.
"¿Una estrella que quiere leer? ¡Qué increíble! Claro, puedo leerte algo. Ven, escógete un lugar cómodo." - invitó Tomás.
Luci se acomodó sobre la nube que pasaba justo allí y escuchó atentamente mientras Tomás leía un cuento sobre valientes aventureros y mágicos bosques. Mientras la historia cobraba vida, su luz brillaba con más intensidad. Sin embargo, pronto se dio cuenta de que no era suficiente solo escuchar; ella quería leer por sí misma.
"Tomás, ¿y si yo también quiero leer?" - preguntó Luci, un poco triste.
"Pero no tienes un libro, Luci," - respondió Tomás, rascándose la cabeza. "¡Pero espera!" - agregó entusiasta. "Puedo contarle a todos mis amigos sobre ti, y así podrán diseñar un gran libro para que tú puedas leer desde el cielo."
Luci se emocionó con esa idea. Tomás convocó a sus amigos y juntos empezaron a dibujar y escribir una historia sobre las aventuras de Luci. Pasaron días llenos de creatividad, risas y mucha imaginación. Luci brillaba de felicidad mientras veía cómo creaba su primer libro desde el cielo.
Sin embargo, una noche un fuerte viento sopló y la hoja de papel que contenía la historia voló lejos. Todos se alarmaron, pero Luci, al ver que sus amigos estaban preocupados, decidió actuar.
"No se preocupen, yo puedo ayudar. ¡Voy a buscarla!" - dijo Luci, llenándose de valor.
Recordó las pistas que había visto en el camino y se adentró entre los árboles, brillando con su luz para buscar el papel. Pasó por sobre colinas, ríos y finalmente, encontró la hoja enganchada en una rama. Con cuidado, la atrapó y regresó volando hacia el patio.
"¡Lo logré!" - exclamó, entregando la hoja a Tomás.
"¡Eres muy valiente, Luci!" - dijo uno de los niños.
"Y has hecho un gran esfuerzo por conseguir tu libro," - agregó otro.
Desde ese día, Luci ya no se sintió sola. Cada noche, sus amigos la acercaban a un nuevo cuento y juntos creaban aventuras de todo tipo. Se dio cuenta que leer no solo era para ella, sino que compartir historias las hacía a todos más fuertes.
Y así, Luci no solo leyó su primer libro, ¡sino que también se convirtió en parte de las historias que todos los niños contaban!
Al final, Luci comprendió que el amor por la lectura se multiplicaba cuando se compartía, y que a veces, cumplir un deseo puede traer alegrías inesperadas.
Y así, cada noche, mientras brillaba en el cielo, Luci relataba historias de sus aventuras a todas las estrellas que la rodeaban. Se volvió conocida como la estrella lectora, y su luz iluminaba el camino para aquellos que quisieran soñar.
Fin.
FIN.