La perrita de dos caras



En un pequeño pueblo llamado Villa Perruna, vivía una perrita llamada Bianca.

Bianca era una perra muy especial, ya que tenía dos personalidades muy marcadas: a veces era buena y cariñosa, pero otras veces se ponía celosa y se comportaba de manera un poco malvada. Un día, en el parque del pueblo, Bianca conoció a Luna, una cachorra muy simpática y juguetona.

Desde el primer momento, Bianca sintió celos de Luna porque todos los demás perros del parque parecían prestarle más atención que a ella. Por eso, decidió jugarle algunas bromas pesadas para alejarla. Una tarde, mientras Luna estaba distraída jugando con su pelota favorita, Bianca se acercó sigilosamente y la escondió detrás de unos arbustos.

Cuando Luna notó que su pelota había desaparecido, comenzó a llorar desconsoladamente. Los demás perros intentaron consolarla, pero nadie sabía qué había pasado. "¿Qué pasó Luna? ¿Por qué estás tan triste?" -preguntó Max, un perro amigable del parque.

"Mi pelota... ¡ha desaparecido! No sé qué hacer... " -respondió Luna entre sollozos.

Bianca observaba todo desde lejos y aunque en ese momento se sentía satisfecha por haber logrado su cometido de alejar a Luna de los demás perros, algo en su interior comenzó a removerse. Recordó todas las veces en las que ella misma había sido excluida por ser celosa y no quería que Luna pasara por lo mismo.

Decidida a enmendar su error, Bianca corrió velozmente hacia donde había escondido la pelota y la trajo de vuelta junto a Luna. La cachorra la miró sorprendida y luego sonrió emocionada al ver que Bianca le devolvía su juguete.

"¡Gracias Bianca! ¡Eres muy amable!" -exclamó Luna abrazando a la perra. Bianca se sintió feliz al ver la alegría de Luna y comprendió que no ganaba nada siendo celosa o mala con los demás.

A partir de ese día, decidió cambiar su actitud y ser más comprensiva y solidaria con los demás animales del parque. Con el tiempo, Bianca se convirtió en una gran amiga para todos los habitantes del pueblo perruno e incluso organizaba actividades divertidas para reunir a todos en armonía.

Aprendió que la verdadera felicidad está en compartir momentos especiales con quienes nos rodean y que la bondad siempre trae recompensas mucho más grandes que cualquier acto malicioso provocado por los celos.

Y así fue como Bianca dejó atrás sus días oscuros de celos y maldad para convertirse en una perra ejemplar: amorosa, comprensiva y siempre dispuesta a ayudar al prójimo.

Y colorín colorado este cuento ha terminado; espero hayas disfrutado esta historia llena de enseñanzas sobre el valor de ser bueno con los demás. ¡Hasta pronto!

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!