La perseverancia de Lourdes


Lourdes era una niña muy inteligente y aplicada en la escuela. Siempre sacaba buenas notas y se esforzaba al máximo para aprender todo lo que podía.

Pero a pesar de su esfuerzo, había algo que la entristecía mucho: nunca la elegían para pasar a la bandera. La bandera era un honor muy importante en su escuela. Cada día, un alumno diferente tenía el privilegio de izarla y cantar el himno nacional junto con toda la clase.

Lourdes soñaba con ser ella quien pasara a la bandera, pero siempre parecía haber alguien más elegido antes que ella. Un día, Lourdes decidió preguntarle a su maestra por qué no la tenían en cuenta para pasar a la bandera.

"Maestra, ¿por qué nunca me eligen para pasar a la bandera?"La maestra miró a Lourdes con sorpresa. "¿Cómo? ¡Pero si eres una de las mejores alumnas de mi clase! No entiendo por qué nunca te han elegido.

"Lourdes se sintió aliviada al saber que no era porque no era lo suficientemente buena como pensaba. Pero aún así, seguía sin entender por qué nunca había sido elegida.

"Bueno, quizás sea porque hay muchos alumnos en mi clase y solo pueden elegir uno cada día", dijo su maestra tratando de explicarse. Aunque esto parecía tener sentido, Lourdes seguía sintiéndose triste e injustamente ignorada.

Decidió hablar con sus amigos del recreo sobre el tema y ellos le dieron algunas ideas para solucionarlo. "Podrías hacer algo especial o llamar más la atención de la maestra para que se fije en ti", sugirió uno.

"O tal vez podrías hablar con los alumnos que ya pasaron a la bandera y pedirles que te recomienden", dijo otro. Lourdes pensó detenidamente sobre estas ideas y decidió ponerlas en práctica. Empezó a prestar más atención en clase, a hacer preguntas interesantes y a participar más activamente.

También habló con algunos de sus amigos que ya habían pasado a la bandera y les pidió consejos sobre cómo podría mejorar sus posibilidades. Pero lo más importante fue que Lourdes no se rindió ante la adversidad.

A pesar de las dificultades, ella siguió esforzándose al máximo para lograr su sueño. Y finalmente, después de un tiempo, su paciencia y perseverancia dieron frutos: un día, su maestra anunció que Lourdes sería quien pasaría a la bandera ese día.

Lourdes estaba tan emocionada que casi no podía contener las lágrimas. Finalmente había logrado lo que tanto había deseado gracias a su inteligencia, esfuerzo y determinación. A partir de ese día, Lourdes continuó demostrando lo mejor de sí misma en todo lo que hacía.

Y aunque nunca dejaba de haber obstáculos o desafíos por superar, ella sabía que siempre podía contar consigo misma para seguir adelante hacia el éxito.

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