La Pesadilla de María y la Magia de Comer Saludable
Había una vez en un pequeño pueblo una niña llamada María. María era una niña alegre, con una risa contagiosa y una gran imaginación. Sin embargo, tenía un gran problema: le encantaba comer golosinas, pasteles y todo tipo de alimentos poco saludables, ¡pero detestaba las verduras!
Un día, después de disfrutar de una gran fiesta de cumpleaños con tortas, bombones y muchas gaseosas, María se fue a dormir muy feliz. Sin embargo, esa noche tuvo una pesadilla extraña y aterradora.
En su sueño, María se encontraba en un país de dulces. Todo estaba hecho de chocolate, caramelo y galletitas. Era un lugar maravilloso, hasta que empezó a morder un galletón gigante y de repente…
"¡Ay, no!" gritó María mientras sentía algo raro en su boca. Cuando miró al espejo de caramelo, su cara se volvió pálida. ¡No tenía dientes! Miró al suelo y allí estaban, sus dientes, brillando como estrellas en el suelo.
"¡¿Qué está pasando? !" -se asustó. En ese momento, un dulce dragón de chocolate apareció volando.
"Hola, María. Soy Dulci, el dragón de Caramelandia. Te traigo un mensaje importante."
"¿Un mensaje? ¿De qué se trata?" -preguntó María, aún confundida.
"Has estado comiendo demasiados dulces y olvidando las comidas saludables. Sin dientes, no podrás masticar nada de lo rico y nutritivo que te ayuda a crecer fuerte. Cuando no cuidas tus dientes, se van, y también tu salud. ¡Mira!"
Dulci señaló alrededor y María vio a otros niños en el país de los caramelos, también sin dientes, llorando y lamentándose.
"¡No quiero perder mis dientes!" -exclamó María.
En ese instante, los dientes de los niños comenzaron a rodar y transformarse en verduras y frutas. La magia de Caramelandia los atrapó en un hechizo.
"Cada vez que comes dulces y dejas las verduras de lado, hay un riesgo de perder algo muy valioso. Así que necesitas escoger sabiamente" -le dijo Dulci.
De repente, el paisaje cambió, y todo se tornó gris. Las montañas de chocolate se desmoronaron, y los ríos de gaseosa se secaron.
"¡Esto es horroroso!" -dijo María con una voz temblorosa. "¡Ayúdame!"
"Para revertir este hechizo, debes aprender a comer más saludable y cuidar tus dientes. Cada vez que elijas una fruta o verdura, verás cómo renacen tus dientes y todo vuelve a ser colorido y hermoso. ¡Tú puedes hacerlo!"
María decidió hacer un sacrificio. Al día siguiente, ella haría un gran esfuerzo.
Al despertar de la pesadilla, se sobresaltó y se tocó la boca. Relajada, comprobó que tenía todos sus dientes. "Fue solo un sueño", pensó. Pero al mirar por la ventana, vio en su parque cómo sus amigos comían manzanas y zanahorias mientras se reían.
Primero se sintió un poco temerosa, pero decidió salir y unirse a ellos.
"¡Hola chicos! ¿Me dejan probar una manzana?" -preguntó tímidamente.
"¡Claro! Es muy rica, te va a gustar!" -dijo su mejor amiga Sofía.
María se llevó un trozo de la manzana a la boca y se sorprendió. Era jugosa y dulce.
"Hay que comer manzanas y zanahorias todos los días, ¡así nuestros dientes estarán siempre fuertes!" -dijo otro niño.
María sonrió. No solo podía disfrutar de la fruta, sino también cuidar de sus dientes:
"Gracias Dulci, no me olvidaré de lo que aprendí. Lo prometo. ¡Seré fuerte y comeré saludablemente!" -se dijo a sí misma mientras daba la primera mordida de su nueva vida.
Desde ese día, María empezó a hacer cambios en su alimentación. Cada vez que comía una ensalada o una fruta, se imaginaba a sí misma teniendo una sonrisa brillante como el sol. Además, aunque a veces se regalaba una golosina de vez en cuando, sabía que lo más importante era mantener un equilibrio saludable.
Así, María vivió feliz y llena de energía, compartiendo sus nuevas comidas con amigos, riendo y recordando su aventura mágica en Caramelandia, asegurándose siempre de que su sonrisa fuese brillante y fuerte como nunca.
Y así, aprendió que a veces, incluso las pesadillas pueden llevarte a la felicidad, cuando reflexionas y haces cambios para mejor.
FIN.