La Piedra de la Valentía
En un pueblito llamado Villa Esperanza, había una casa abandonada en la que nadie se atrevía a entrar. Era una construcción vieja, con las ventanas rotas y el techo parcialmente derrumbado.
Pero esto no detenía a un grupo de valientes niños que siempre jugaban alrededor de ella. Dentro de la casa, los niños encontraron una piedra grande y redonda que se convirtió en el centro de todas sus historias imaginarias.
Le dieron vida a la piedra, contándose cuentos sobre dragones, princesas y tesoros escondidos. Para ellos, esa piedra era mágica y les permitía vivir mil aventuras sin salir del lugar. Un día, mientras los niños estaban inmersos en su juego, escucharon unos golpes en la puerta.
Al abrir, se encontraron con dos policías que buscaban a alguien llamado Gabo Kafu por un crimen cometido en el pueblo. Los niños nunca habían oído hablar de él, pero decidieron ayudar a los policías en su búsqueda.
"¿Han visto a Gabo Kafu por aquí?", preguntó uno de los policías. Los niños negaron con la cabeza, pero uno de ellos recordó algo importante: había visto a un hombre sospechoso rondando por el pueblo hacía unos días.
"¡Sí! ¡Lo vi cerca del río hace poco!", exclamó emocionado uno de los pequeños. Los policías agradecieron la información y se dirigieron hacia el río siguiendo las indicaciones del niño.
Después de una larga búsqueda, lograron capturar a Gabo Kafu y llevarlo ante la justicia para que pagara por sus acciones. Los niños fueron aclamados como héroes en Villa Esperanza por su valentía y colaboración con las autoridades.
A partir de ese día, la casa abandonada dejó de ser un lugar temido para convertirse en el escenario perfecto para nuevas aventuras llenas de amistad y solidaridad entre los pequeños del pueblo.
Y así fue como aquel grupo de niños descubrió que trabajar juntos y ayudar al prójimo siempre trae recompensas maravillosas, demostrando que incluso en los lugares más inesperados puede surgir la magia cuando se actúa con bondad y valentía.
FIN.