La piscina de la responsabilidad


Había una vez una familia llamada Esther, Antonio y sus dos hijos, Candela y Gonzalo. Vivían en un departamento pequeño en la ciudad pero siempre soñaron con tener una casa grande con jardín y piscina.

Un día recibieron la noticia de que habían conseguido su casa soñada. Todos estaban muy emocionados, especialmente Candela y Gonzalo que no podían esperar a nadar en su nueva piscina.

"¡Mamá, papá, esto es lo mejor que nos ha pasado! ¡Tenemos nuestra propia piscina!"- exclamó Candela saltando de alegría. "Sí, hija. Pero recuerda que también tenemos más responsabilidades ahora. "- dijo Esther sonriendo.

Antonio les explicó las reglas básicas para mantener la piscina limpia y segura mientras se adaptaban a su nuevo hogar. Los primeros días fueron geniales: los niños pasaban todo el día jugando en la piscina mientras sus padres disfrutaban del sol. Sin embargo, pronto se dieron cuenta de que no todo era diversión y juegos.

Una mañana, al despertarse temprano antes de ir al colegio, Gonzalo notó algo extraño: el agua estaba turbia y verde. "Papá, mamá ¿qué le pasa a nuestra piscina?"- preguntó preocupado Gonzalo.

Antonio revisó el filtro de la piscina y descubrió que estaba obstruido por hojas secas e insectos muertos. Con paciencia enseñó a sus hijos cómo limpiarlo correctamente para evitar problemas futuros con el agua de la piscina.

Con el tiempo aprendieron muchas cosas nuevas sobre el cuidado del jardín y la seguridad en torno a la piscina. Además, se dieron cuenta de que trabajar juntos en las tareas del hogar les unía como familia.

Un día, mientras estaban disfrutando de la piscina, Candela notó algo extraño flotando en el agua. Se acercó y descubrió que era una abeja atrapada. "¡Papi, mamá! ¡Hay una abeja en la piscina!"- gritó Candela asustada.

Antonio rápidamente sacó a la abeja del agua con mucho cuidado para asegurarse de no lastimarla. Después de unos minutos la abeja recuperó sus fuerzas y voló hacia el cielo. Los niños aprendieron que incluso los pequeños gestos pueden hacer una gran diferencia en el mundo.

Desde entonces siempre revisan si hay insectos o animales atrapados en su piscina y los ayudan a salir. La nueva casa con su hermosa piscina se convirtió en un lugar especial para esta familia gracias al amor y cuidado que pusieron en ella.

Aprendieron a trabajar juntos y a valorar las cosas simples de la vida como nadar juntos bajo el sol brillante.

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