La Pizza Solidaria



Era un día soleado en la ciudad de Buenos Aires y los amigos Mickey, Donald, Pluto y Minnie decidieron ir a comer pizza juntos. Llegaron a una pizzería que estaba muy concurrida y se sentaron en una mesa grande.

-¡Qué hambre tengo! -dijo Donald frotándose el estómago. -¡Yo también! -exclamó Minnie-. Pero antes de pedir quiero decirles algo importante. -¿Qué pasa, Minnie? -preguntó Mickey preocupado.

-Hace unos días vi a un niño en la calle que no tenía zapatos ni ropa adecuada para el frío. Me dio mucha tristeza verlo así y pensé que podríamos hacer algo por él. -¡Claro que sí! -asintió Pluto emocionado-. ¿Qué podemos hacer? -Podríamos comprarle ropa y zapatos nuevos -propuso Mickey-.

Y tal vez también darle algo de comida caliente. -¡Excelente idea! -aprobó Donald-. Pero ¿cómo lo encontraremos? Minnie sonrió misteriosamente y sacó su teléfono celular. Mostró una foto del niño que había tomado unos días antes.

-Yo le saqué esta foto para recordar su rostro. Podemos buscarlo por los alrededores de donde lo vi por última vez. Los amigos asintieron emocionados con la idea de ayudar al niño necesitado.

Así que pidieron unas pizzas grandes para compartir mientras planeaban su búsqueda. De repente, escucharon un ruido extraño proveniente del baño de la pizzería. Se levantaron para investigar y encontraron al dueño del lugar atrapado en el lavabo sin poder salir. -¡Ayuda! -gritó el dueño-.

Me quedé atrapado aquí dentro. Los amigos se pusieron manos a la obra para sacarlo de allí. Mickey y Donald lo sostuvieron desde fuera mientras Pluto empujaba hacia adentro con todas sus fuerzas. Finalmente, lograron liberarlo.

-Gracias por salvarme -dijo el dueño agradecido-. Les regalaré una pizza extra por su gran ayuda. Mickey, Donald, Pluto y Minnie se sintieron muy contentos de haber ayudado al dueño de la pizzería.

Y después de comerse varias pizzas deliciosas, salieron en busca del niño necesitado. Caminaron por las calles buscando al niño en la foto que les había mostrado Minnie. Preguntaron a varias personas si lo habían visto pero nadie parecía conocerlo.

Finalmente, llegaron a un parque donde vieron a un grupo de niños jugando fútbol. Entre ellos estaba el niño de la foto que habían estado buscando todo este tiempo. -¡Ese es! -exclamó Minnie señalándolo emocionada.

Los amigos corrieron hacia él y le preguntaron cómo estaba y si necesitaba algo. El niño los miró sorprendido pero luego sonrió tímidamente y les contó que vivía con su abuela en una casa humilde cerca del parque.

Mickey, Donald, Pluto y Minnie no dudaron en acompañar al niño hasta su casa para conocer a su abuela y ofrecerles su ayuda. Al llegar allí descubrieron que la abuela también necesitaba ropa y zapatos nuevos así como alimentos frescos para cocinar.

Los amigos se unieron para comprar todo lo que necesitaban y llevarlo a la casa del niño. La abuela no podía creer tanta generosidad y les agradeció de corazón. -¡Ustedes son unos ángeles! -dijo la abuela emocionada-. No sé cómo agradecerles tanto amor y ayuda.

Mickey, Donald, Pluto y Minnie se despidieron felizmente sabiendo que habían hecho una buena acción ese día. Volvieron a casa con el corazón lleno de alegría y satisfacción por haber ayudado a alguien en situación vulnerable.

-Fue un día increíble -dijo Mickey sonriendo-. Ayudamos al dueño de la pizzería, encontramos al niño necesitado y su abuela, les dimos ropa nueva y comida fresca.

¡Qué gran equipo somos! -Sí, somos los mejores amigos del mundo -asintió Donald contento mientras acariciaba a Pluto. Y así terminó un día memorable para los amigos Mickey, Donald, Pluto y Minnie en la ciudad de Buenos Aires.

Una historia inspiradora que nos recuerda lo importante que es ser solidarios con quienes más lo necesitan.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!