La playa inclusiva de Colomba Jacinta
Había una vez una simpática y aventurera paloma llamada Colomba Jacinta Playa. A diferencia de las demás palomas, a Colomba le encantaba jugar en la playa y descubrir nuevos tesoros escondidos entre la arena.
Un día, mientras volaba por el cielo azul, Colomba divisó un destello brillante cerca de la orilla del mar. Curiosa como siempre, decidió acercarse para investigar qué era aquello tan reluciente.
Para su sorpresa, encontró una hermosa almeja marina que parecía tener poderes mágicos. Al tomarla en sus patitas, Colomba sintió una energía especial recorrer todo su cuerpo. La almeja le habló dulcemente y le dijo: "Querida Colomba, gracias por encontrarme. Soy la Concha Sabia y puedo concederte un deseo especial".
Colomba se emocionó mucho al escuchar esto y pensó cuidadosamente en lo que deseaba.
Al final, decidió pedirle a la Concha Sabia que todos los animales pudieran disfrutar de los juegos en la playa sin importar sus diferencias o limitaciones. La Concha Sabia sonrió y aceptó el deseo de Colomba. En ese instante mágico, todas las aves marinas cercanas fueron convocadas para formar parte de este nuevo juego inclusivo en la playa.
Los pingüinos aprendieron a volar alto junto a las gaviotas; las tortugas nadaron velozmente junto a los delfines; las focas hicieron piruetas junto a los pelícanos; e incluso los cangrejos participaron construyendo castillos de arena.
Colomba estaba emocionada al ver cómo todos los animales disfrutaban de la playa sin importar sus diferencias. Sin embargo, en medio del juego, se dio cuenta de que había un pequeño pulpo llamado Octavio que no podía participar debido a su forma y limitaciones.
Colomba se acercó a Octavio y le preguntó por qué no jugaba con los demás. Con una mirada triste, el pulpo respondió: "No puedo moverme tan rápido como los demás animales". Colomba sonrió y le dijo: "Querido Octavio, no te preocupes.
La diversidad es lo que hace especial a este juego en la playa. Vamos a encontrar una manera para que puedas jugar también". Después de pensar un poco, Colomba tuvo una idea brillante.
Se acercó a las algas marinas y las trenzó formando un hermoso circuito de obstáculos para Octavio. "¡Ven, Octavio! ¡Te reto a pasar por este circuito! - exclamó Colomba emocionada. Octavio aceptó el desafío y comenzó a moverse entre las algas marinas con gran habilidad.
Todos los animales aplaudieron y vitorearon mientras observaban cómo el pulpo superaba cada obstáculo. Desde ese día, todos los animales disfrutaron juntos del nuevo juego inclusivo en la playa. Aprendieron que cada uno tenía habilidades diferentes pero igualmente valiosas.
La historia de Mamá Colomba Jacinta Playa jugar se convirtió en leyenda y fue contada durante generaciones.
En honor a su espíritu aventurero e inclusivo, cada año se celebra un festival en la playa donde todos los animales se reúnen para jugar y recordar la importancia de aceptar y valorar las diferencias. Y así, gracias a la valiente Mamá Colomba Jacinta Playa jugar, el mundo se llenó de alegría y comprensión. Fin.
FIN.