La plaza de las consonantes valientes
En una soleada mañana de primavera, las consonantes del abecedario decidieron reunirse en la plaza principal de la ciudad. La letra —"B" llegó primero, seguida por la —"C" , la —"D" , la —"F" y así sucesivamente.
Estaban emocionadas por pasar un día diferente juntas, lejos de las palabras y las frases. Al principio, todo era diversión y risas. La —"G" propuso jugar al escondite, la —"H" sugirió hacer carreras y la —"J" quería saltar a la cuerda.
Sin embargo, pronto comenzaron a surgir problemas entre ellas. La letra —"L" se quejaba de que siempre era ignorada en los juegos porque su sonido no era tan fuerte como el de otras consonantes.
La —"M" y la —"N" discutían constantemente sobre quién era más importante en las palabras. Y la pobre —"Q" se sentía excluida porque casi nunca tenía compañía al estar siempre seguida de una —"U" .
"¡Tranquilas, tranquilas!", intervino la letra —"S" , tratando de calmar los ánimos. "No podemos pelearnos entre nosotras. Somos parte fundamental del lenguaje y todas tenemos nuestro valor". Las consonantes reflexionaron sobre las palabras sabias de la letra —"S" .
Se dieron cuenta de que cada una tenía su propia función y juntas eran mucho más poderosas que separadas. Decidieron unirse para formar nuevas palabras e inventar historias increíbles.
La letra —"T" proponía ser el inicio de cada aventura, seguida por —"R" , —"E" , —"S" y así dar vida a cuentos fantásticos. De repente, un grupo de vocales apareció en escena: —"A" , —"E" , —"I" , —"O" , —"U" . Ellas se sorprendieron al ver a las consonantes trabajando juntas tan armoniosamente.
"¡Vaya sorpresa! Nunca imaginamos verlas colaborando así", dijo entusiasmada la vocal —"A" . "Es cierto", asintió la vocal —"O" . "Juntos pueden crear magia con sus sonidos".
Las vocales se unieron al grupo y juntos crearon poesías melodiosas, canciones pegajosas e incluso trabalenguas divertidos que hicieron reír a todos los presentes en la plaza. Así, las consonantes aprendieron una valiosa lección: aunque cada una tuviera su propio sonido único, solo trabajando juntas podían alcanzar su máximo potencial y crear belleza con sus letras.
Desde ese día, todas las letras del abecedario jugaron juntas en armonía en aquella plaza especial donde nació una amistad indestructible entre vocales y consonantes.
FIN.