La polilla y la mosca en apuros
Érase una vez, en un frondoso bosque, una mosca juguetona revoloteaba alegremente, buscando algo dulce para alimentarse. Divisó un frasco de miel abandonado, y sin dudarlo, se lanzó sobre él. Con sus pequeñas patitas, comenzó a saborear la miel, pero al descuidarse, resbaló y cayó al fondo del frasco. Atrapada y desesperada, la mosca revoloteaba, incapaz de salir.
Por suerte, una polilla curiosa pasaba por allí y vio la escena. Se posó en el borde del frasco y observó a la mosca atrapada. En lugar de asustarse, la polilla soltó una risita traviesa.
—¡Ay, pobre mosca! ¿Cómo terminaste en esta situación tan pegajosa? —bromeó la polilla.
La mosca, sintiéndose avergonzada, respondió con un zumbido tembloroso:
—Lo siento mucho, polilla. Estaba tan concentrada en la miel que no me di cuenta de que me estaba metiendo en problemas.
La polilla, dejando de reír, reflexionó unos segundos y luego propuso:
—Tranquila, amiga. Seguro que juntas podemos encontrar una solución. No te preocupes, estoy aquí para ayudarte.
La mosca, sorprendida por la amabilidad de la polilla, se tranquilizó y juntas comenzaron a idear un plan. La polilla propuso que la mosca se calmara y dejara de revolotear, mientras ella buscaba algo con qué ayudar.
La polilla exploró el bosque y pronto encontró unas ramitas delgadas. Con cuidado, las arrastró hasta el frasco de miel y las colocó de manera que la mosca pudiera sujetarse y trepar hasta la salida. La mosca, siguiendo las indicaciones de la polilla, logró asirse a las ramitas y poco a poco, con esfuerzo y paciencia, logró salir volando, finalmente libre.
Ambas se miraron, sonriendo con alegría. La mosca, agradecida, dijo:
—Gracias, polilla, por no burlarte de mí y por ayudarme a salir de este lío pegajoso.
La polilla, con una sonrisa cálida, respondió:
—Claro, siempre es mejor ayudarnos mutuamente. Y recuerda, la próxima vez que te encuentres en apuros, no dudes en pedir ayuda. Juntas somos más fuertes.
Desde ese día, la mosca y la polilla se convirtieron en grandes amigas, aprendiendo la importancia de la solidaridad y el apoyo mutuo en momentos difíciles.
FIN.