La Presa Perfecta


Había una vez, en un hermoso bosque rodeado de ríos y lagunas, vivían los castores cascarrabias. Estos castores eran muy conocidos en el bosque por su mal humor constante y sus constantes quejas.

Un día, los castores se despertaron más molestos de lo habitual. Todo les parecía mal: la temperatura del agua, la cantidad de árboles a su alrededor e incluso el sonido del viento entre las hojas. "¡Estoy harto!"- exclamó uno de ellos.

"¿Por qué siempre tenemos que hacer todo nosotros? ¿Por qué no nos ayudan los demás animales del bosque?"Los demás asintieron con furia mientras seguían trabajando en su presa. De repente, escucharon un ruido extraño proveniente del otro lado del río.

"¿Qué es eso?"- preguntó otro castor curioso. Se asomaron para ver mejor y descubrieron algo sorprendente: un grupo de nutrias estaba construyendo una presa igual de grande que la suya al otro lado del río.

Los castores cascarrabias se miraron unos a otros con incredulidad. ¿Cómo era posible que alguien estuviera haciendo lo mismo que ellos?"¡Eso no puede ser!"- gritó uno de ellos indignado. "Tenemos que mostrarles quiénes son los verdaderos constructores aquí.

"Así comenzó una competencia sin fin entre los dos grupos por ver quién podía construir la presa más grande y resistente. Los días pasaban y cada vez había más tensión entre ambos grupos.

Pero un día, mientras trabajaban en su presa, uno de los castores se resbaló y cayó al río. En lugar de reírse de él, las nutrias se acercaron para ayudarlo a salir del agua. —"Gracias" - dijo el castor sorprendido.

A partir de ese momento, los castores cascarrabias comenzaron a ver a las nutrias con otros ojos. Descubrieron que no eran tan diferentes y que podían aprender mucho de ellos.

Así, juntos decidieron construir una presa aún más grande y resistente, pero esta vez trabajando juntos en lugar de competir. Los demás animales del bosque también se unieron al proyecto y todos trabajaron juntos para crear la mejor presa que el bosque hubiera visto jamás.

Los castores cascarrabias aprendieron una valiosa lección: trabajar en equipo es mucho mejor que competir entre sí. Y así, vivieron felices con sus nuevos amigos nutrias y el resto del bosque.

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