La Princesa Ana y el Collar de Cristal
Había una vez en un reino lejano, una princesa llamada Ana. Era la más hermosa del lugar y su corazón era tan puro como el agua de los ríos que atravesaban el bosque. Pero un día, todo cambió.
Una bruja malvada llegó al castillo y lanzó un hechizo sobre Ana para hacerla sufrir terriblemente. La princesa se despertaba cada día con dolor en su cuerpo y tristeza en su corazón.
Los médicos del reino no podían encontrar una cura y todos temían lo peor. Un día, mientras caminaba por los jardines del castillo, Ana encontró a un anciano sabio que vivía en lo profundo del bosque.
Él le dijo que la única manera de romper el hechizo era encontrar el collar de cristal perdido de la abuela de la bruja mala. Ana decidió emprender esta peligrosa misión para salvarse a sí misma y al reino entero.
Partió hacia el bosque oscuro donde la bruja malvada vivía, armada solo con su valentía y determinación. Al llegar al castillo de la bruja malvada, Ana fue recibida por sus secuaces más feroces: dos enormes lobos negros.
Pero ella no se dio por vencida, recordando las palabras del anciano sabio:"Soy la princesa Ana y vengo en busca del collar de cristal perdido de tu abuela. "Los lobos gruñeron amenazantes pero luego se apartaron para dejarla pasar.
Ana entró al castillo oscuro buscando por todas partes hasta encontrar una habitación secreta detrás de un cuadro. Allí estaba el collar de cristal, brillante como los rayos del sol. Pero justo cuando lo tomó en sus manos, la bruja malvada apareció y comenzó a atacarla con su magia oscura.
Ana luchó valientemente contra ella, pero parecía que no había forma de vencerla. Justo cuando todo parecía perdido, una luz brillante envolvió a Ana y la protegió de los ataques de la bruja mala.
La luz provenía del collar de cristal que había recuperado. "¡No puede ser! ¡Mi abuela está protegiéndote!" exclamó la bruja malvada sorprendida.
La princesa Ana aprovechó este momento para lanzarle un hechizo a la bruja malvada y romper el encantamiento que le hacía sufrir. La bruja desapareció en una nube negra dejando atrás solo su risa maligna. Ana regresó al castillo victoriosa con el collar de cristal en su cuello.
Todos celebraron su triunfo y nunca más volvieron a temer por ella ni por el reino entero.
Desde entonces, cada vez que alguien necesitaba ayuda o coraje para enfrentar algún problema difícil, recordaban la historia de cómo la princesa Ana venció a la bruja mala gracias a su valentía y determinación.
FIN.