La Princesa Aventurera
. Vivía en un hermoso castillo rodeado de prados verdes y flores multicolores. Pero a pesar de tener todo lo que quería, Helena no era feliz del todo.
Un día, mientras paseaba por el bosque cercano al castillo, se encontró con una hada muy especial. La hada se llamaba Luna y tenía unos ojos brillantes como las estrellas. - Hola princesita -dijo Luna-. ¿Qué te pasa? Pareces triste.
- Es que no sé qué hacer para ser más feliz -respondió Helena con voz suave-. Tengo todo lo que quiero, pero siento que me falta algo. - ¿Algo como qué? -preguntó la hada curiosa. - No lo sé exactamente.
Tal vez aventuras emocionantes o conocer nuevos lugares... algo diferente a mi vida cotidiana aquí en el castillo -dijo Helena pensativa. Luna sonrió y le dijo:- Entonces tengo una idea.
Por qué no te conviertes en exploradora por un día y descubres los secretos del bosque? Helena se emocionó al instante ante la propuesta de la hada. Así que juntas comenzaron su aventura por el bosque mágico. Descubrieron plantas extrañas, animales salvajes y hasta una cueva oculta detrás de una cascada cristalina.
Pero cuando llegaron al final del camino, encontraron algo inesperado: un unicornio dorado atrapado entre unas ramas gruesas. - Oh no, hay que ayudarlo -dijo Helena preocupada mientras intentaba liberarlo junto a Luna.
Después de varios intentos fallidos, el unicornio logró liberarse gracias a la ayuda de las dos amigas. Y como agradecimiento, les ofreció un paseo por todo el bosque. Helena y Luna se subieron al lomo del unicornio y comenzaron a volar entre las nubes.
Fue una experiencia mágica e inolvidable para ambas. Cuando regresaron al castillo, Helena estaba radiante de felicidad y agradeció a la hada por tan maravillosa aventura.
Desde ese día, decidió que quería ser exploradora y conocer todos los lugares maravillosos que existían en su mundo. Y así fue como la princesita Helena descubrió que no era necesario tener todo lo que quería para ser feliz, sino encontrar nuevas experiencias y aventuras emocionantes.
FIN.