La princesa bondadosa


Había una vez, en una hermosa ciudad, una princesa llamada Sofía. Ella era conocida por su bondad y amor hacia los niños.

Cada semana, la princesa Sofía se dedicaba a visitar los jardines de las escuelas para compartir momentos de alegría con los pequeños. Un día soleado, la princesa llegó al jardín de la Escuela Primaria "Flores del Saber". Los niños estaban emocionados y prepararon un gran recibimiento para su querida amiga.

Decoraron todo el lugar con coloridas flores y desplegaron pancartas que decían: "¡Bienvenida, Princesa Sofía!". Cuando la princesa Sofía llegó al jardín, todos los niños comenzaron a cantar una canción especial que habían ensayado durante semanas.

La melodía resonaba en el aire y llenaba el corazón de la princesa de felicidad. Ella sonrió y agradeció a cada niño por su esfuerzo.

Después de disfrutar del hermoso concierto, la princesa se acercó a un grupo de niños que estaban jugando cerca de allí. Uno de ellos le preguntó curioso: "Princesa Sofía, ¿por qué siempre nos visitas?". La princesa les respondió con ternura: "Queridos niños, me encanta estar aquí porque ustedes son el futuro de nuestra ciudad.

Quiero asegurarme de que crezcan rodeados de amor y alegría". Los ojos brillantes de los niños reflejaban gratitud y emoción ante las palabras sabias de la princesa.

Ellos entendieron lo importante que era cuidar a los demás y ser amables con todos. Mientras la princesa caminaba por el jardín, notó a una niña llamada Valentina sentada en un rincón. La pequeña parecía triste y solitaria. Sofía se acercó suavemente y le preguntó: "¿Qué te sucede, mi querida?".

Valentina bajó la cabeza y respondió tímidamente: "Princesa Sofía, nadie quiere jugar conmigo". La princesa se sentó junto a Valentina y le dijo: "No te preocupes, Valentina.

A veces las amistades tardan un poco en llegar, pero estoy segura de que encontrarás a alguien especial muy pronto". Juntas comenzaron a conversar mientras los demás niños se acercaban para unirse a ellas.

De repente, uno de los niños gritó emocionado: "¡Miren! ¡Hay una mariposa hermosa volando alrededor de la princesa!". Todos levantaron la vista y admiraron la mariposa multicolor que revoloteaba alrededor del cabello perfumado de Sofía.

Los niños decidieron que cada vez que vieran una mariposa brillante como aquella, recordarían lo importante que era ser amables y ayudarse mutuamente. Desde ese día en adelante, siempre buscarían oportunidades para hacer sonreír a alguien más. La princesa Sofía siguió visitando los jardines de las escuelas durante muchos años.

Los niños esperaban ansiosos su llegada para compartir canciones, juegos e historias inspiradoras. Cada visita dejaba huellas imborrables en sus corazones y les enseñaba el valor de la amistad y el amor hacia los demás.

Y así, gracias a la princesa Sofía y su dedicación, los niños de aquella ciudad crecieron convertidos en adultos compasivos y solidarios. El legado de la princesa perduró en sus corazones, recordándoles siempre que el amor y la bondad pueden cambiar el mundo. .

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