La Princesa de la Esperanza



Habían pasado varias lunas desde que la princesa Esperanza había sido encerrada en aquel castillo. A pesar de su nombre, la tristeza invadía su corazón, pues nadie parecía llegar para rescatarla.

Una mañana, mientras miraba por la ventana con una lágrima en el ojo, vio a lo lejos a un pequeño pajarito que se acercaba volando. El pajarito cantaba una melodía alegre y revoloteaba alrededor de la torre donde se encontraba prisionera la princesa.

Intrigada por esta visita inesperada, Esperanza abrió la ventana y el pajarito entró volando hasta posarse en el marco de la misma. "¡Hola, princesa Esperanza! Soy Pipo, el pájaro mensajero del reino vecino.

He venido a traerte noticias emocionantes", dijo el pajarito con entusiasmo. La princesa sonrió por primera vez en mucho tiempo y preguntó: "¿Qué noticias traes, querido Pipo?""He escuchado tus lamentos y he visto tu soledad. Pero debes saber que no estás sola.

El príncipe Mateo está en camino para rescatarte. Ha superado mil pruebas y desafíos para demostrar su valentía y amor por ti", anunció el pajarito con orgullo. Esperanza sintió una cálida esperanza crecer en su pecho.

Por fin, alguien vendría a salvarla de su encierro. Con renovadas fuerzas, decidió prepararse para cuando llegara el príncipe Mateo. Los días pasaron rápidamente hasta que una mañana soleada se escucharon los cascos de un caballo aproximándose al castillo.

La princesa corrió hacia la ventana emocionada y vio al apuesto príncipe Mateo montado en un corcel blanco como la nieve. "¡Princesa Esperanza! ¡He venido a rescatarte!", exclamó Mateo con determinación en su voz.

La princesa bajó corriendo las escaleras del castillo hasta llegar al patio donde estaba el príncipe Mateo esperándola con una brillante armadura plateada y una rosa roja en sus manos. "Oh, príncipe Mateo, has llenado mi corazón de alegría con tu llegada", dijo Esperanza mientras tomaba la rosa con gratitud.

"Nunca más volverás a estar sola ni triste, mi amada princesa. Juntos enfrentaremos cualquier desafío que se interponga en nuestro camino", prometió Mateo mientras extendía su mano hacia ella.

Tomados de las manos, salieron juntos del castillo hacia un futuro lleno de aventuras y felicidad. La valentía del príncipe Mateo y la paciencia y esperanza de la princesa Esperanza les habían permitido encontrar el amor verdadero y vivir felices para siempre.

FIN.

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