La princesa de la luz



Había una vez en un lejano reino, un príncipe llamado Mateo y su hermana la princesa Sofía. Ambos eran muy queridos por su pueblo, ya que siempre estaban dispuestos a ayudar a quienes los rodeaban.

Un día, el reino se vio amenazado por un malvado hechicero que quería apoderarse de todo. El hechicero lanzó un conjuro oscuro sobre Mateo y Sofía, haciendo que perdieran sus recuerdos y se convirtieran en seres fríos y sin corazón.

Mateo, bajo el hechizo del malvado hechicero, decidió tomar el trono por la fuerza y desterrar a su propia hermana Sofía del reino.

La princesa, aunque herida por la traición de su hermano, sabía que debía hacer algo para salvarlo y liberarlo del maleficio. Con valentía y determinación, Sofía emprendió un viaje en busca de la única persona capaz de romper el hechizo: la anciana bruja Sabina. En su camino, tuvo que superar numerosos obstáculos y desafíos peligrosos.

Pero con astucia e ingenio logró sortear cada uno de ellos. Finalmente llegó al oscuro castillo donde habitaba la bruja Sabina. "-Por favor -suplicó Sofía- necesito tu ayuda para salvar a mi hermano Mateo".

La anciana bruja Sabina miró a la princesa fijamente y asintió con solemnidad. "-Para romper el hechizo necesitas encontrar el verdadero significado del amor incondicional", dijo Sabina mientras le entregaba una poción mágica.

Sofía regresó al reino decidida a enfrentar a su hermano Mateo una vez más. Con valentía y amor en su corazón, logró hacerle beber la poción mágica. Al instante, los ojos de Mateo recuperaron su brillo perdido y las sombras desaparecieron de su ser.

"-Hermana -dijo Mateo con voz temblorosa- ¿qué ha pasado? Me siento tan confundido". "-Has sido víctima de un terrible hechizo -explicó Sofía con ternura-. Pero ahora estás libre gracias al verdadero amor que nos une como familia".

El malvado hechicero fue derrotado gracias al coraje y determinación de los hermanos. El reino volvió a florecer bajo el reinado justo de Mateo y Sofía, quienes aprendieron que el amor incondicional es el arma más poderosa contra cualquier mal.

Y así, juntos gobernaron sabiamente por muchos años, siendo ejemplo de bondad y compasión para todos los habitantes del reino.

FIN.

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