La Princesa de los Susurros



En un reino escondido entre montañas verdes y amplios ríos, vivía una princesa llamada Lía. Desde pequeña, había tenido un don especial: podía hablar con los animales. Sus amigos eran un loro parlante llamado Coco, un astuto zorro llamado Rayo y una tranquila tortuga llamada Loma.

Un día, mientras paseaban por el bosque, Lía se encontró con una situación inusual. Un grupo de jóvenes del reino había llegado al bosque para hacer un picnic. Jugaban y reían, pero se dieron cuenta de que un árbol grande y antiguo estaba en peligro. Un fuerte viento había roto una de sus ramas, y los animales del bosque comenzaron a preocuparse.

"- ¡Oh no! Ese árbol es nuestro hogar! - gritó Coco, volando nervioso alrededor de la rama rota.

"- Debemos ayudarlo, pero los humanos están demasiado distraídos - respondió Lía con un susurro, sintiendo la urgencia en su corazón.

"- Tal vez podamos asustarlos para que se fijen en nosotros", sugirió Rayo, moviendo su cola rápidamente.

"- No, eso no funcionará - dijo Lía, suspirando. - No puedo comunicarme con ellos como lo hago con ustedes.

Desesperada por salvar el árbol, Lía decidió acercarse a los humanos. Pero cuando intentó hablar con ellos, sus palabras sonaron confusas, como un susurro perdido entre la risa y la música del picnic. Las personas pensaban que solo era un eco del viento y no le prestaron atención.

"- ¿Por qué los humanos no entienden mis palabras? - preguntó Lía, frustrada.

"- Porque a veces nos hablan con sonidos y otras veces con acciones - explicó Loma, rompiendo la calma. - En el bosque, todos hablamos de manera diferente. Debes encontrar la forma de comunicarte con ellos.

Lía pensó en lo que Loma había dicho. Entonces, empezó a observar cómo los humanos en el picnic se comunicaban entre sí. Notó que a menudo usaban gestos, sonrisas y miradas. No solo hablaban; compartían lo que pensaban y sentían a través de su comportamiento.

"- ¡Ya lo tengo! - exclamó Lía, iluminándose. - ¡Voy a mostrarles lo que está pasando!

La princesa corrió hacia el árbol y comenzó a actuar. Movía sus brazos imitando al viento, señalando la rama rota. Luego, se puso de pie sobre una roca, señalando donde debería estar el árbol en plena salud. Los humanos notaron su entusiasmo y comenzaron a acercarse.

"- ¿Qué le pasa a la princesa? - preguntó uno de ellos, intrigado.

Con esfuerzos, Lía siguió actuando. Hizo gestos y movimientos describiendo la importancia del árbol, mientras Coco, Rayo y Loma la ayudaban, creando un espectáculo que los humanos no podían ignorar. Finalmente, la atención de todos se centró en ella.

"- ¡Mirad! - gritó un chico del grupo. - ! Parece que la princesa está intentando mostrarnos algo!

Con la curiosidad a flor de piel, todos los jóvenes se acercaron. Comprendieron que el árbol estaba en peligro y comenzaron a ayudar, usando cuerdas y troncos para estabilizarlo y salvarlo.

"- ¡Casi lo hemos logrado! - gritó Lía, sintiéndose llena de alegría.

Cuando el árbol estuvo a salvo, la gente comenzó a aplaudir. Lía sonrió, sintiendo una conexión especial con ellos.

"- Gracias, princesa - dijo una chica, acercándose. - No entiendo cómo hiciste eso, pero fuiste increíble.

"- A veces, las palabras no son suficientes. En la naturaleza, cada uno comunica lo que siente a su manera - respondió Lía con una sonrisa luminosa.

Y así, aquel día, la princesa de los susurros no solo salvó a un árbol, sino que también aprendió que el verdadero valor de la comunicación radica en la conexión que se establece entre los seres, sin importar si son humanos o animales. A partir de ese momento, se convirtió en un puente entre ambos mundos, recordando siempre que cada uno tiene su forma única de hablar y entenderse.

FIN.

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