La princesa del bosque oscuro
Había una vez una princesa llamada Sofía que tenía el cabello corto y una corona muy especial.
A diferencia de las demás princesas, a Sofía le gustaba jugar al fútbol y montar a caballo en lugar de hacer bordados y tomar té con sus amigas. Un día, el rey y la reina organizaron una gran fiesta en el castillo para celebrar el cumpleaños de la princesa Sofía.
Se prepararon dulces y pasteles deliciosos para todos los invitados, pero lo que más emocionaba a Sofía era poder jugar al fútbol con sus amigos en los jardines del castillo. Cuando llegó la hora de la fiesta, todos los invitados se reunieron en el salón principal del castillo.
La música sonaba fuerte y todos estaban felices, menos Sofía. Ella estaba triste porque no podía salir a jugar al fútbol debido a su vestido largo y pesado. De repente, un hada madrina apareció ante ella.
"Sofía", dijo el hada madrina con voz suave, "quiero concederte un deseo especial por tu cumpleaños". Sin pensarlo dos veces, Sofía pidió poder usar un vestido cómodo para poder jugar al fútbol con sus amigos.
El hada madrina agitó su varita mágica y transformó el largo vestido de Sofía en uno corto y deportivo. Además, le regaló unas zapatillas cómodas que combinaban perfectamente con su corona.
Sofía se sintió tan feliz que corrió hacia los jardines del castillo para reunirse con sus amigos. Jugaron durante horas mientras los invitados disfrutaban de los dulces y pasteles que se habían preparado para la fiesta. Pero durante el juego, un giro inesperado ocurrió.
El balón se escapó de las manos de Sofía y rodó hasta el borde del jardín, donde había una entrada secreta al bosque oscuro. Sin pensarlo dos veces, Sofía corrió detrás del balón. Cuando llegó al bosque oscuro, se dio cuenta de que estaba perdida.
Pero en lugar de desanimarse, decidió explorar el bosque en busca del camino correcto. Después de caminar por un rato, encontró una casa muy pequeña y acogedora. "¡Hola!", gritó Sofía desde afuera.
"¿Hay alguien adentro?" Una anciana salió de la casa y le preguntó a Sofía qué estaba haciendo allí sola en el bosque oscuro. Sofía le explicó lo que había pasado y la anciana decidió ayudarla.
Juntas buscaron por todo el bosque hasta encontrar el camino correcto para volver al castillo. Cuando llegaron a la fiesta, todos estaban preocupados por su ausencia pero se alegraron mucho cuando vieron que estaba sana y salva.
La princesa Sofía aprendió una valiosa lección ese día: nunca rendirse ante los obstáculos y siempre pedir ayuda cuando sea necesario. Y así vivió feliz para siempre con sus amigos jugando al fútbol en los jardines del castillo cada vez que podían celebrar algo especial como su cumpleaños. -Fin-
FIN.