La Princesa del Orinal
Había una vez una pequeña niña llamada Macarena, que tenía dos años y estaba aprendiendo a dejar los pañales. Macarena era muy curiosa y siempre estaba dispuesta a aprender cosas nuevas.
Un día, su mamá le dijo: "Macarena, ya eres mayorcita y es hora de dejar los pañales. Vamos a comenzar a usar el orinal". Macarena se emocionó mucho con la idea de ser grande como sus hermanos mayores.
Su mamá le mostró un colorido orinal que tenía dibujos de animalitos. Macarena lo miró con ojos brillantes y decidió que iba a hacer su mejor esfuerzo para usarlo. Los primeros días fueron un poco difíciles para Macarena.
A veces se olvidaba de ir al baño y hacía pipí en sus pantalones. Pero su mamá siempre la animaba diciendo: "No te preocupes, cariño, todos cometemos errores cuando estamos aprendiendo algo nuevo". Macarena no se rindió y siguió intentándolo.
Un día, mientras jugaba en el jardín con sus amigos imaginarios, escuchó un sonido divertido proveniente del orinal. Se dio cuenta de que uno de los animalitos del dibujo estaba hablando.
Intrigada, se acercó al orinal y el animalito le dijo: "¡Hola, Macarena! Soy Rocco el ratón mágico. Si me haces caso y usas el orinal correctamente, puedo enseñarte cómo convertirte en una princesa". Macarena quedó sorprendida por las palabras del ratón mágico. Decidió seguir todas las instrucciones que este le diera.
Rocco explicaba a Macarena cómo sentarse en el orinal, qué hacer cuando tenía ganas de hacer pipí y cómo limpiarse después. Macarena escuchaba atentamente y seguía al pie de la letra todas las indicaciones. Poco a poco, Macarena fue mejorando.
Ya no se olvidaba de ir al baño y cada vez hacía menos accidentes. Rocco estaba muy orgulloso de ella y le decía: "Macarena, eres una niña valiente y perseverante.
Estoy seguro de que serás una princesa muy especial". Un día, mientras Macarena estaba sentada en el orinal, Rocco apareció nuevamente pero esta vez llevaba una corona dorada en sus patitas. —"Macarena" , dijo emocionado, "has aprendido tan bien que ahora eres oficialmente una princesa del orinal".
Macarena se puso feliz y saltó de alegría. Su mamá entró al baño justo en ese momento y vio a su pequeña hija con la corona del ratón mágico.
"¡Felicidades, mi princesita!", exclamó su mamá mientras la abrazaba con cariño. "Estoy muy orgullosa de ti por haber dejado los pañales". Desde ese día, Macarena siguió usando el orinal como toda una princesa.
Nunca más volvió a usar pañales porque sabía que era grande y había superado esa etapa importante. Y así es como Macarena aprendió a dejar los pañales con la ayuda del ratón mágico Rocco.
La pequeña niña siempre recordaría esa aventura llena de enseñanzas y se sentiría orgullosa por haber logrado algo tan importante para crecer y aprender.
FIN.