La princesa distraída



Había una vez en un hermoso reino, una princesa llamada Luly. Era única, ya que tenía el cabello de color rosa y ojos brillantes como estrellas. Además, era bella tanto por dentro como por fuera.

A pesar de su nobleza, Luly siempre había sido muy trabajadora y no le gustaba quedarse quieta sin hacer nada. Sin embargo, la princesa tenía un pequeño problema: era bastante alunada.

Siempre estaba soñando despierta y perdía la noción del tiempo con facilidad. Esto hacía que muchas veces se olvidara de sus responsabilidades reales y terminara metiéndose en problemas.

Un día, el rey convocó a todos los habitantes del reino para anunciar que se celebraría una competencia en honor a la princesa Luly. El objetivo era encontrar a la persona más trabajadora y dedicada del reino para convertirla en su consejera real.

Luly estaba emocionada con esta noticia, pero también preocupada porque sabía que debía demostrar su valía ante todos. Decidió tomar esto como un desafío personal para superar su alunamiento y demostrarle a todos lo capaz que podía ser. La competencia comenzó y los participantes demostraron sus habilidades en diferentes tareas: desde jardinería hasta cocina real.

Todos se esforzaban mucho por ganar el título de consejero real, pero Luly parecía estar distraída nuevamente. Mientras intentaba concentrarse en arreglar las flores del jardín real, escuchó una melodiosa voz proveniente de un árbol cercano.

Era un pajarito cantor que parecía decirle algo. Luly se acercó y el pajarito le dijo:"Princesa Luly, no te distraigas. Si quieres ganar esta competencia, debes enfocarte en tus tareas y no dejar que tu alunamiento te detenga.

"Luly agradeció al pajarito por su consejo y decidió tomarlo en serio. A partir de ese momento, se esforzó al máximo para concentrarse en cada tarea que tenía por delante.

La princesa demostró sus habilidades culinarias preparando un delicioso banquete para todos los habitantes del reino. También mostró su destreza organizando eventos y resolviendo problemas de manera eficiente. A medida que pasaban las pruebas de la competencia, Luly parecía estar más enfocada que nunca.

Su actitud trabajadora comenzaba a impresionar a todos los presentes. Finalmente, llegó el día de la gran final. Luly estaba nerviosa pero decidida a dar lo mejor de sí misma.

El rey anunció el nombre del ganador con entusiasmo:"¡La persona más trabajadora y dedicada del reino es... ¡la princesa Luly!"Todos aplaudieron emocionados mientras Luly recibía su merecido premio: una corona dorada que simbolizaba su nuevo rol como consejera real.

Desde ese día, la princesa Luly aprendió a canalizar su alunamiento de una manera positiva. Ya no dejaba que sus distracciones le impidieran cumplir con sus responsabilidades reales. Y así, gracias a su perseverancia y trabajo duro, la princesa Luly se convirtió en una inspiración para todos los habitantes del reino.

Demostró que, a pesar de sus peculiaridades, podía ser una líder eficiente y valiosa para su comunidad.

FIN.

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