La Princesa, el Dragón y el Bosque de la Primavera



Había una vez, en un reino lejano, una Princesa llamada Lía que vivía en un castillo brillante al borde de un bosque mágico. Este bosque, conocido como el Bosque de la Primavera, era hogar de muchas criaturas fantásticas, pero el más extraño de todos era un dragón llamado Lumen. A diferencia de los dragones que todos conocían, Lumen no lanzaba fuego ni era feroz; ¡él brillaba con los colores de la primavera y tenía el poder de hacer felices a todos los que lo rodeaban!

Un día, mientras Lía paseaba por el bosque buscando flores para su jardín, escuchó un susurro entre los árboles.

"¿Quién anda ahí?"- preguntó Lía, algo asustada.

De repente, de entre las hojas, emergió Lumen, brillando con destellos.

"No temas, Princesa. Soy Lumen, el dragón del bosque. ¡Vengo a ayudarte!"- dijo Lumen con una voz suave como el viento.

Intrigada, Lía se acercó lentamente. "¿Ayudarme? ¿Cómo?"-

"He notado que en tu reino hay tristeza y los colores han comenzado a apagarse. Quiero mostrarte cómo traer felicidad de vuelta a tu hogar"- explicó el dragón mientras giraba en el aire, creando una lluvia de pétalos de flores.

Lía, emocionada, aceptó la oferta de Lumen. Juntos, comenzaron a recorrer el bosque. En cada parada, Lumen les enseñaba a los animales a compartir, a jugar juntos y a cuidar del bosque.

"Mirá, Lía. La felicidad se contagia. Cuando todos son amables, el bosque florece más"- dijo el dragón mientras un grupo de conejitos comenzaba a bailar.

"¡Es verdaderamente hermoso!"- exclamó Lía, sintiéndose más ligera y feliz.

Después de un día lleno de aventuras y risas, Lumen le propuso un pequeño desafío a la Princesa. "¿Te animás a traer a tus amigos del castillo a disfrutar del bosque y compartir lo aprendido?"-

Lía dudó un poco. Siempre había creído que la gente del castillo era muy seria y no les gustaban los juegos. Pero, decidió hacer la prueba.

"¡Voy a invitarlos!"- exclamó con determinación.

Al día siguiente, Lía organizó una fiesta en el bosque, invitando a todos los de la corte. Al principio, los nobles miraban el entorno extraño con desconfianza.

"¿Por qué estamos aquí?"- murmuraban algunos.

Pero Lía, con la ayuda de Lumen, fue mostrando cómo disfrutar del espacio. Una vez que comenzaron a jugar, los esbozos de sonrisas empezaron a brotar. Analizando el lugar, un niño noble se acercó a Lumen y le preguntó.

"¿Este dragón realmente puede hacernos felices?"-

"¡Claro! La felicidad está dentro de cada uno, solo hay que dejarla salir"- respondió Lumen.

Con el tiempo, los niños comenzaron a lanzarse pétalos de flores, mientras que los adultos se unieron, comenzando a reír y jugando al escondite. Lía se dio cuenta de que aquellos nobles serios también disfrutaban de la alegría cuando se les daba la oportunidad.

Al caer la tarde, mientras la luna se asomaba, Lía se dirigió a Lumen y le dijo: "¿Ves? No era tan difícil. La felicidad puede surgir en cualquier lugar sólo necesitamos el valor de intentarlo"-.

Lumen sonrió con su fulgor resplandeciente. "Exactamente, Lía. A veces solo necesitamos un poco de magia, y la magia está en nuestros corazones"-

Con los días, el reino se transformó. La gente comenzó a visitar el bosque de la primavera y disfrutó de nuevos juegos, risas y amistad. El color volvió a sus vidas, todo gracias a la valentía de Lía y la luz de Lumen, el dragón.

Y así, la Princesa y el dragón demostraron que la felicidad es un regalo que se comparte y que, incluso en los días más oscuros, siempre hay una forma de encontrar color y alegría. Desde ese día, el bosque se llenó de risas y celebraciones, uniendo a todos en armonía y felicidad.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

FIN.

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