La Princesa Etavaecatillo y el Reino de la Creatividad



Érase una vez, en un reino lejano llamado Capricio, vivía una princesa muy especial: la Princesa Etavaecatillo. Su nombre único significaba algo así como 'la que ve lo inesperado', y esto se debía a su increíble habilidad para imaginar y crear cosas asombrosas con su mente. Todo en su vida era colorido y lleno de arte, desde sus vestidos con explosiones de colores hasta el castillo, que estaba decorado con murales pintados por ella misma.

Un día, mientras jugaba en su habitación, un pajarito colorido se posó en su ventana. "Hola, Princesa Etavaecatillo, necesito tu ayuda"-, dijo el pajarito con una vocecita temblorosa. "Voy a hacer una exposición de arte en el bosque mágico y necesito a alguien que haga las decoraciones."

La princesa, emocionada, respondió: "¡Por supuesto! Me encantaría ayudar. ¿Cuándo es la exposición?"

"Es en tres días, ¡pero el problema es que el bosque mágico se ha vuelto muy gris y triste! Todos los colores han desaparecido, y sin ellos, no podremos hacer la exposición."

Etavaecatillo se preocupó al escuchar esto. No podía permitir que la exposición se llevara a cabo en un lugar tan desolado. "¿Qué podemos hacer?"- preguntó.

"Necesitamos un frasco mágico que ha sido robado por el Rey de los Monstruos, él se lo llevó a su cueva al norte. Si logramos traerlo de vuelta, podremos recuperar los colores del bosque,"- explicó el pajarito.

La princesa decidió embarcarse en esta aventura. Se preparó con su mochila llena de pinceles, pinturas y dulces para el camino. Entonces, junto al pajarito, comenzó su travesía hacia la cueva del Rey de los Monstruos.

Después de caminar por horas, se encontraron con una cueva oscura y aterradora. "No sé si esto es una buena idea..."- dijo el pajarito temblando.

"No te preocupes, estoy contigo. Lo enfrentaremos juntos"- respondió valientemente la princesa.

Al entrar en la cueva, vieron al Rey de los Monstruos. Era grande y animal, con grandes ojos brillantes. "¿Quiénes son ustedes y qué hacen en mi cueva?"- rugió el rey con una voz profunda.

La princesa, con su mejor sonrisa, respondió: "Hola, Rey de los Monstruos. Somos Etavaecatillo y el pajarito. Venimos a pedirte que nos devuelvas el frasco mágico que robaste. Sin él, el bosque mágico no tiene colores y no podemos realizar la exposición de arte."

El Rey de los Monstruos, sorprendido por la valentía de la princesa, respondió: "Ese frasco es muy importante para mí. Dentro hay algunos colores que me ayudan a sentirme especial, pero no sé cómo usarlos."

La princesa, con su creatividad, tuvo una idea: "¿Qué te parecería si te enseñamos a usarlos? Puedes crear tus propias obras de arte y así serás especial también."

El Rey, intrigado, aceptó la propuesta. Así que la princesa y el pajarito se pusieron a trabajar. Usaron el frasco para derramar un arco iris de colores sobre la pared de la cueva. Cuando el Rey de los Monstruos vio cómo los colores transformaban la cueva oscura en un lugar hermoso, su corazón comenzó a brillar.

"¡Esto es fantástico! Nunca supe que podía hacer esto. Por favor, enséñenme más!"- exclamó el Rey emocionado.

La princesa y el pajarito pasaron la tarde enseñándole al Rey cómo mezclar colores y crear hermosas pinturas. Pronto, la cueva se convirtió en una galería de arte llena de colores vibrantes y sonrisas.

"Está bien, me gustaría mucho devolverles el frasco mágico"- dijo el Rey con una gran sonrisa. "Gracias por mostrarme lo que realmente significa ser creativo."

Y así, el Rey de los Monstruos devolvió el frasco mágico a la princesa y el pajarito. Con el frasco en mano, corrieron de vuelta al bosque mágico. Cuando abrieron el frasco, una lluvia de colores brotó de su interior, cubriendo todo el bosque y devolviendo su alegría y belleza.

El día de la exposición fue un éxito rotundo. Todos los habitantes del reino llegaron a ver las obras de arte. "¡Gracias, Princesa Etavaecatillo! Sin tu creatividad y valentía, esta exposición no hubiera sido posible!"- exclamaron todos.

Etavaecatillo sonrió y dijo: "Recuerden que la creatividad está dentro de cada uno de nosotros. ¡Solo hay que atreverse a usarla!"-.

Y así, la Princesa Etavaecatillo, el pajarito y el Rey de los Monstruos se convirtieron en grandes amigos, compartiendo ideas y colores, recordando siempre que la verdadera magia nada tiene que ver con el miedo, sino con la creatividad y la amistad.

FIN.

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