La princesa Fiona y el poder de la amistad
Había una vez en un reino muy lejano, una princesa llamada Fiona. Vivía en un hermoso castillo en medio de un bosque encantado. A pesar de su vida llena de lujos y comodidades, Fiona se sentía muy sola.
No tenía hermanos ni amigos con quien compartir su tiempo. Pasaba sus días paseando por los jardines del castillo, observando a los pajaritos y las mariposas. Pero a pesar de la belleza que la rodeaba, su corazón anhelaba compañía.
Un día, mientras paseaba por el bosque, Fiona se encontró con una hada amiga. La hada le dijo: -Hola, princesa Fiona. Veo en tu mirada la tristeza de la soledad. Pero no temas, tengo un regalo para ti.
Te daré un espejo mágico que te permitirá ver más allá de tu soledad. Fiona recibió el espejo mágico con emoción. Al mirarse en él, vio a lo lejos a un grupo de niños jugando y riendo.
Su corazón se llenó de alegría al presenciar tanta felicidad. Decidió acercarse a ellos y hacerse amiga de aquellos niños. Pronto descubrió que la verdadera amistad no conocía títulos ni riquezas. Los niños la aceptaron tal como era, compartiendo risas, juegos y aventuras.
Fiona comprendió que el verdadero tesoro en la vida no estaba en los lujos del castillo, sino en el amor y la amistad. Desde entonces, su castillo dejó de ser un lugar solitario, convirtiéndose en un hogar lleno de risas y cariño.
La princesa Fiona aprendió que el poder de la amistad puede transformar incluso el lugar más solitario en un paraíso. Y así, vivieron felices para siempre.
FIN.