La princesa Frutas y su hermana


En un reino muy lejano, la princesa Frutas vivía en un hermoso castillo rodeado de campos de frutas y verduras. La princesa Frutas era conocida por su amor y cuidado hacia la naturaleza. Sin embargo, lo que no mucha gente sabía era que la princesa Frutas tenía una hermana menor llamada Marina, que vivía en el castillo pero se sentía muy distante de su hermana mayor.

Un día, la princesa Frutas decidió hacer un gran banquete para compartir con todos los habitantes del reino. La noticia del banquete se extendió rápidamente, y todos estaban emocionados por la generosidad de la princesa. Sin embargo, Marina estaba triste porque nadie parecía notarla, ya que siempre estaban ocupados elogiando a su hermana mayor. Marina se sentía invisible y sin importancia.

Mientras la princesa Frutas organizaba el banquete, Marina se adentró en el bosque encantado en busca de un regalo especial para su hermana. Después de explorar durante horas, encontró un árbol mágico que producía las frutas más deliciosas y exóticas que jamás se habían visto. Marina recogió las frutas y las llevó de vuelta al castillo, donde las preparó en secreto para el banquete.

Al día siguiente, durante el gran banquete, todos los invitados elogiaban las deliciosas frutas que, para sorpresa de la princesa Frutas, habían sido presentadas por Marina. La princesa se acercó a su hermana con lágrimas en los ojos y le agradeció por el maravilloso regalo. Marina sonrió y finalmente sintió que era apreciada y valorada.

Desde ese día, la princesa Frutas y su hermana Marina se convirtieron en un equipo inseparable, trabajando juntas para cuidar del reino y de su gente. Aprendieron que cada una de ellas tenía algo especial que ofrecer al mundo, y que juntas podían lograr grandes cosas.

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