La princesa Hana y la rana en el bosque



Había una vez en un lejano reino, un hermoso castillo donde vivían el Rey, la Reina y su tierna hija, la princesa Hana.

Un día, la princesa decidió ir al bosque en busca de jalea para preparar un regalo especial para sus padres. Mientras buscaba entre los árboles y las flores, escuchó un suave croar que la hizo detenerse. '¿Quién está ahí?', preguntó la princesa. - 'Soy yo, una rana', respondió una voz.

La princesa Hana siguió el sonido y encontró a una pequeña rana de color verde y ojos brillantes. '¿Qué haces aquí solita?', preguntó la princesa. - 'Estoy buscando mi corona perdida, sin ella no podré volver a mi hogar', explicó la rana con tristeza.

La princesa Hana se compadeció y prometió ayudar a la rana a encontrar su corona. Juntas exploraron cada rincón del bosque, preguntaron a los animales y buscaron entre los arbustos, pero la corona no aparecía.

Después de mucho buscar, la princesa recordó que su madre le había enseñado que a veces las cosas más valiosas se encuentran en el lugar menos esperado. Decidieron volver al lugar donde se habían conocido y buscaron allí.

Para su sorpresa, la corona de la rana estaba justo en el claro donde se habían encontrado. La rana, emocionada, agradeció a la princesa. 'Eres la mejor amiga que podría tener', dijo la rana.

La princesa Hana sonrió y le respondió: 'También eres mi amiga, y recuerda, a veces las soluciones están más cerca de lo que pensamos'. Juntas, regresaron al castillo donde la princesa Hana preparó la jalea para sus padres, y la rana finalmente pudo regresar a su hogar, agradecida por la ayuda de su nueva amiga.

Desde ese día, la princesa Hana aprendió que la verdadera amistad puede surgir en los momentos más inesperados, y que siempre es importante ayudar a los demás, sin importar su apariencia o tamaño.

FIN.

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