La Princesa Humilde



Había una vez en un reino muy lejano, una princesa llamada Selena. Ella vivía en un castillo de color rosa con su familia real y muchos sirvientes que la atendían.

Selena era conocida por su gran belleza y elegancia, pero también por su actitud altiva y engreída hacia los demás. La princesa creía que todo lo merecía solo porque pertenecía a la realeza.

Un día, mientras paseaba por el jardín del castillo, Selena encontró a una niña mendiga que estaba buscando algo para comer. La princesa se burló de ella y la rechazó sin ofrecerle ayuda alguna.

La niña mendiga se fue triste y desanimada, pero no perdió la esperanza de encontrar alguien amable que le brindara ayuda. Así fue como llegó al pueblo cercano donde conoció a una anciana sabia llamada Abuela Rosa. Abuela Rosa era famosa en el pueblo por sus consejos sabios y buenos corazones.

Cuando vio a la niña mendiga, supo inmediatamente que necesitaba ayuda. "Hola pequeñita ¿qué te pasa? ¿Por qué estás sola?"- preguntó Abuela Rosa amablemente. "Necesito comida para mi mamá y mis hermanos"- dijo la niña mendiga llorando. Abuela Rosa escuchó atentamente su historia y decidió ayudarla.

Con su magia especial, hizo aparecer comida suficiente para alimentar a toda su familia durante varios días. Mientras tanto, Selena seguía siendo arrogante e insensible con los demás hasta que un día recibió una visita inesperada.

Un hada buena apareció en su habitación y le dijo: "Selena, tu actitud orgullosa y egoísta te ha hecho perder la oportunidad de ser bondadosa con los demás.

Debes aprender a valorar a las personas por lo que son, no por lo que tienen". La princesa se sorprendió al escuchar esto y supo que tenía que cambiar su forma de ser. Decidió ir al pueblo para conocer a las personas allí y descubrir cómo podía ayudarlas.

Fue entonces cuando Selena encontró a la niña mendiga nuevamente, pero esta vez fue diferente. La princesa se acercó amablemente y le ofreció comida para ella y su familia.

La niña mendiga estaba sorprendida de ver el cambio en la actitud de Selena, pero también feliz porque había encontrado una nueva amiga. A partir de ese día, Selena comenzó a ser más humilde y compasiva hacia los demás. Aprendió que no importaba si eras rico o pobre, todos merecían amor y respeto.

Y así vivieron felices Selena, la niña mendiga y Abuela Rosa en el reino color rosa donde todos aprendieron la importancia de ser bondadosos con los demás sin importar quiénes fueran.

FIN.

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