La princesa Isabel y la lección de magia



En un reino muy lejano, la princesa Isabel se sentía aburrida. Cansada de las clases de etiqueta y de las mismas actividades de siempre, decidió que lo que realmente quería era aprender magia.

Así que, en secreto, se escapaba de palacio para adentrarse en el bosque y practicar algunos hechizos que encontraba en libros antiguos. Al principio, todo parecía divertido y emocionante, pero pronto las cosas empezaron a descontrolarse.

Un día, mientras intentaba hechizar una flor para que bailara, el hechizo salió mal y la flor comenzó a crecer descontroladamente, envolviendo a la princesa. Asustada, Isabel pensó que quizás había ido demasiado lejos. Afortunadamente, un hada que había estado observando en secreto la situación, intervino para salvar a la princesa.

El hada le explicó que la magia es un arte delicado y que se necesita mucho estudio y paciencia para dominarla.

La princesa Isabel entendió la lección y decidió que, en lugar de buscar atajos, iba a estudiar magia de la manera adecuada, con la guía del hada.

Con mucho esfuerzo y dedicación, la princesa Isabel finalmente aprendió a controlar su magia y se convirtió en una poderosa hechicera, usando su conocimiento para ayudar a su reino y a quienes lo necesitaban.

FIN.

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