La princesa, la bestia, el cazador y la casa del bosque



Había una vez en un lejano reino, una joven princesa llamada Sofia, que vivía en un castillo en medio de un hermoso bosque. Un día, mientras paseaba por el bosque, se extravió y se encontró con una misteriosa casa.

Al entrar, descubrió que la casa estaba habitada por una temible bestia. - ¡Ayuda, ayuda! - gritó la princesa. - ¿Quién eres y qué haces en mi casa? - rugió la bestia.

La princesa temblaba de miedo, pero recordó las historias que su abuela le contaba sobre la importancia de no juzgar a los demás por su apariencia. Decidió enfrentar su miedo y hablar con la bestia. - Mi nombre es Sofia, princesa de este reino.

Me perdí en el bosque y encontré esta casa por accidente. Por favor, no me hagas daño - suplicó la princesa. La bestia, sorprendida por la valentía y la bondad de la princesa, decidió no hacerle daño y le ofreció su amistad.

Mientras tanto, en otro rincón del bosque, un joven cazador llamado Tomás buscaba a la bestia para demostrar su valentía y ganar fama en el reino. Al enterarse de que la princesa se encontraba con la bestia, decidió rescatarla.

- No te acerques a la bestia, princesa Sofia, es peligrosa - advirtió el cazador. Sin embargo, la princesa defendió a la bestia y le explicó que en realidad era amable y gentil.

Con el tiempo, el cazador también llegó a conocer a la bestia y descubrió que no era tan temible como se creía.

Juntos, la princesa, la bestia, el cazador y algunos nuevos amigos del bosque, vivieron aventuras emocionantes y aprendieron a valorar la amistad, la bondad y la importancia de no juzgar a los demás por su apariencia.

Al final, la casa del bosque se convirtió en un lugar de encuentro, donde la princesa, la bestia y el cazador compartían sus experiencias y aprendizajes con todos aquellos que se animaban a conocerlos.

FIN.

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