La princesa Laura y el jardín encantado
La princesa Laura era una joven muy valiente y curiosa. A pesar del frío que hacía esa noche de invierno, decidió aventurarse por el laberinto encantado que se encontraba en los jardines del castillo.
Mientras caminaba entre los altos setos de este mágico lugar, la princesa se dio cuenta de que estaba perdida. No sabía cómo salir del laberinto y comenzó a sentir miedo.
Fue entonces cuando escuchó una voz suave y amigable que le dijo: "No tengas miedo, princesa. Soy el hada del laberinto". La princesa se sorprendió al ver a un pequeño hada flotando frente a ella. "¿Cómo puedo salir de aquí?" -preguntó la princesa Laura con preocupación-.
"Para encontrar la salida debes seguir las luces doradas que te guiarán hacia ella" -respondió el hada-. La princesa siguió las luces doradas como le indicó el hada y finalmente llegó a una gran puerta de cristal.
Al abrirla, descubrió un hermoso jardín lleno de flores multicolores y animales exóticos. De repente, un zorro blanco apareció ante ella y le habló: "Bienvenida al jardín secreto de los animales encantados".
La princesa Laura quedó impresionada por lo que veía y decidió explorar cada rincón del jardín. Allí aprendió muchas cosas sobre los animales encantados: sus hábitos, costumbres e incluso algunos secretos sobre su vida cotidiana. Al caer la noche, la princesa Laura se despidió de los animales encantados y regresó al castillo.
Desde ese día, la princesa Laura visitaba el laberinto encantado cada vez que tenía oportunidad para aprender más sobre la naturaleza y hacer nuevos amigos.
Así, la princesa aprendió que no hay que tener miedo a lo desconocido y que siempre se pueden encontrar cosas maravillosas si uno está dispuesto a explorar.
FIN.