La Princesa Lobo y la Ardilla Amiga



Había una vez en un tranquilo bosque llamado Canasta, una linda Princesa llamada Lobo. A diferencia de las demás princesas, a Lobo le gustaba vivir en plena naturaleza y no en un castillo.

Ella soñaba con tener su propia casa en el bosque. Un día, mientras exploraba el bosque, Lobo encontró una caja misteriosa cerca de un árbol. Al abrirla, descubrió que dentro había planos para construir una casa de ensueño.

Emocionada y llena de entusiasmo, decidió que era hora de hacer realidad su sueño. Lobo se puso manos a la obra y comenzó a recolectar materiales del bosque como ramas secas para los cimientos y hojas grandes para el techo.

Con mucho esfuerzo y dedicación, logró construir su hermosa casa entre los árboles. La noticia sobre la nueva casa de la Princesa Lobo se extendió rápidamente por todo el reino.

Los animales del bosque estaban emocionados por tener a alguien tan especial viviendo entre ellos. Un día, mientras disfrutaba del sol en la entrada de su casa, llegó corriendo una pequeña Ardilla llamada Canasto. Estaba muy angustiada porque había perdido sus nueces especiales y necesitaba ayuda para encontrarlas.

Lobo escuchó atentamente a Canasto y decidió ayudarla sin dudarlo ni un segundo. Juntas recorrieron todo el bosque buscando las preciadas nueces hasta que finalmente las encontraron debajo de unas hojas caídas. Canasto estaba muy feliz y agradecida por la ayuda de Lobo.

Como muestra de agradecimiento, Canasto le regaló una hermosa canasta tejida con sus patitas, decorada con flores y frutos del bosque.

Lobo quedó encantada con el regalo y decidió que usaría la canasta para organizar un picnic en su casa junto a todos los animales del bosque. Invitó a todos: desde el conejo más rápido hasta el oso más grande. El día del picnic llegó y la casa de Lobo estaba llena de risas y alegría.

Los animales compartieron comida, historias divertidas y juegos al aire libre. Fue un momento mágico en el que todos se sintieron parte de una gran familia.

Desde aquel día, la Princesa Lobo vivió feliz rodeada de amigos en su maravillosa casa en el bosque Canasta. Aprendió que ayudar a los demás trae felicidad y que no necesitaba ser una princesa tradicional para tener un hogar lleno de amor y amistad.

Y así fue como la Princesa Lobo enseñó a todos los habitantes del reino que cada uno puede construir su propio hogar dondequiera que estén, siempre y cuando lo hagan con amor, bondad y generosidad hacia los demás.

FIN.

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