La Princesa Necalli y la Danza Canaria


Había una vez, en las hermosas islas Canarias, un grupo de amigos llamados Candelaria. Eran cinco amigos muy especiales: Pedro, Lucas, Marta, Sofía y Juan. Vivían en un pequeño pueblo rodeado de montañas y playas de aguas cristalinas.

Un día soleado, mientras los amigos jugaban en el parque, una nave espacial aterrizó frente a ellos. Todos se asombraron al ver que de la nave salió una princesa extraterrestre llamada Necalli, proveniente del lejano planeta Júpiter.

La Princesa Necalli estaba muy emocionada por conocer más sobre la cultura canaria y su música. Ella había escuchado hablar de las tradicionales danzas y quería aprender más sobre ellas.

"¡Hola! Soy Princesa Necalli y vengo desde Júpiter para conocer más sobre sus costumbres", dijo emocionada la princesa. Los amigos de Candelaria se sorprendieron mucho al verla pero rápidamente se acercaron para saludarla. "- ¡Bienvenida a nuestras islas! Nos alegra mucho tenerte aquí", dijo Lucas con entusiasmo.

Pedro agregó: "- Estamos encantados de mostrarte nuestra música y danza tradicional".

Princesa Necalli sonrió felizmente y les preguntó: "- ¿Podrían enseñarme cómo es la música y danza canaria?"Sin dudarlo ni un segundo, los amigos llevaron a la princesa al centro cultural del pueblo. Allí conocieron a Don Manuelito, un hombre sabio que era experto en música canaria. Don Manuelito explicó que la música canaria está llena de ritmo y alegría.

Les enseñó a tocar el timple, un instrumento de cuerda típico de las islas. Los amigos de Candelaria aprendieron rápidamente y comenzaron a tocar una canción tradicional mientras la princesa los observaba con fascinación. "- ¡Qué hermosa música! Me encanta", exclamó Necalli emocionada.

Don Manuelito también les enseñó algunos pasos básicos de la danza canaria. Los amigos se movían al ritmo de la música, saltando y girando con alegría.

La Princesa Necalli no podía dejar de sonreír mientras veía a sus nuevos amigos disfrutar tanto de la música y danza canaria. Ella también quería participar, así que todos juntos formaron un círculo y comenzaron a bailar al compás de la música. Fue una tarde mágica llena de risas, música y baile.

La Princesa Necalli descubrió que la cultura canaria era rica en tradiciones y que su música transmitía alegría y energía positiva. Al finalizar el día, los amigos despidieron a la princesa extraterrestre con mucha nostalgia pero también con alegría por haber compartido momentos tan especiales juntos.

"- Gracias por mostrarnos tu amistad y por enseñarme sobre su maravillosa cultura", dijo Necalli antes de partir hacia Júpiter. Los amigos se abrazaron fuertemente y prometieron mantener viva esa conexión especial entre ellos.

Sabían que aunque estuvieran lejos, siempre podrían recordar aquel día lleno de magia en el que compartieron su música y danza canaria con una princesa del espacio exterior.

Y así, la amistad entre Candelaria y Necalli se convirtió en una historia que sería contada por generaciones.

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