La Princesa Palta y el Dragón
En el reino de Aguacatia, la Princesa Palta vivía en un hermoso castillo rodeado de exuberantes jardines. Sin embargo, su felicidad se veía empañada por la presencia de un temible dragón que custodiaba el castillo.
Todos los intentos por deshacerse del dragón habían sido en vano, y la princesa se sentía prisionera en su propio hogar.
Un día, cansada de vivir con miedo, la Princesa Palta decidió enfrentar al dragón.
Con valentía, se acercó a la bestia y le habló con dulzura. -¿Por qué nos tienes prisioneros en nuestro propio castillo? -preguntó la princesa con determinación. El dragón, sorprendido por la valentía de la palta princesa, le contó que en realidad se sentía solo y temía ser rechazado por los demás.
La Princesa Palta sintió compasión por el dragón y decidió ayudarlo.
Juntos, la Princesa Palta y el dragón pasaron horas hablando y compartiendo experiencias.
Con el tiempo, el dragón dejó de ser una amenaza y se convirtió en un amigo leal de la princesa. La noticia de esta increíble amistad se extendió por todo el reino, inspirando a otros a no juzgar por las apariencias y a buscar la bondad en el corazón de cada ser.
Desde
entonces, el castillo de la Princesa Palta se convirtió en un símbolo de amistad y tolerancia. Y la valentía y compasión de la Princesa Palta sirvieron de ejemplo para todos los habitantes de Aguacatia.
FIN.